Mercado de Santa Lucía Inés de Castro en La Coruña: un mercado en

Acerca de:Mercado de Santa Lucía (Inés de Castro) [La Coruña]
Ventajas:ninguna
Desventajas:todas
El Mercado de Santa Lucía (Inés de Castro) en La Coruña lleva muchos años que no levanta cabeza. El edificio en el que se encuentra no es muy antiguo. Es de principios de los años 80, pero ha quedado casi en ruinas por el deficiente mantenimiento que ha hecho siempre la empresa concesionaria.

Los puestos abiertos han ido a menos. Cuando abrió el mercado actual en la calle Inés de Castro casi todos los puestos estaban abiertos al público. A las placeras de toda la vida se habían sumado personas que querían ganarse la vida en el comercio al por menor. Fracasaron. Las placeras de siempre les hicieron la vida imposible. Yo era una niña entonces y conocí esta plaza a los dos lados del mostrador. Viví esa competencia desleal entre compañeros y compañeras.

Hoy quedan unos veinte puestos abiertos al público. Han sobrevivido los que hicieron bajar muchas persianas con guerras de precios y frases que nunca olvidaré como aquel "no le compren a esa señora". Soy de las que nunca olvida la crueldad.

A principios del próximo 2015 empieza la remodelación del mercado. Los pocos puestos que quedan los van a integrar en un centro de salud. No me parece nada sano. Yo nunca compraría alimentos en un edificio donde hay instalado un centro de salud. No me parece higiénico por mucho que extremen la limpieza.

El edificio actual tienen dos sótanos y tres plantas. En los sótanos está el pescado. En la planta baja las carnicerías y charcuterías. El pan y los pollos están en la primera planta. En la segunda y tercera planta hay puestos de fruta y verduras. En la tercera planta está también la cafetería. Los servicios están en el sótano del pescado y en la segunda planta. Hay un montacargas que hace de ascensor para los clientes. Muchas veces ese montacargas-ascensor está estropeado. La gente no suele subir en el ascensor. Sube por las escaleras.

Los puestos los hay de distintos tamaños. Algunos placeros han comprado varios puestos contiguos y los han unido. Eran otros tiempos. Ahora, como he dicho, predominan los puestos vacíos.

También en otros tiempos floreció el contrabando. Casi en todos los puestos, vendieran lo que vendieran, tenían tabaco libre de impuestos. Después del boom del tabaco se abrió sitio la ropa falsificada. Las visitas de la policía al Mercado de Santa Lucía se fueron recogiendo en la prensa a lo largo de estos 30 años largos que tiene en su haber el edificio. Pero siempre volvían a lo mismo: a la actividad ilegal mezclada con la actividad legal. Sobran los dedos de una mano para contar a los placeros y placeras que no se metían en la mierda.

No creo que con la remodelación del mercado de Santa Lucía mejoren las cosas. Seguirán vendiendo los listos de siempre, los que rebajan los precios hasta echar a la competencia, los que dicen no le compren a esa señora. En el Mercado de Santa Lucía, conocido también como Mercado de Inés de Castro, no hay sitio para una persona que quiera ganarse la vida. Si no eres de la tribu, te echan. Ya conseguirán que no vendas. Fue lo que hicieron con mi madre.

Yo conocí mucho este mercado desde que era una cría. Vi la ilusión en mi madre cuando abrió su puesto, vi su todavía ilusión cuando compró otro puesto con sus humildes ahorros, vi su desilusión cuando las ventas fueron a menos, vi como la hundieron los que decían no le compren a esa señora. Eso no se lo perdonaré jamás. En febrero de 2012 mi madre dejó su puesto de frutas. Yo misma asistí a la firma de la renuncia. Mi madre ya no podrá estrenar un puesto nuevo en el mercado reformado. Muchas gracias, señores. Muchas gracias a los que le decían a las clientas no le compren a esa señora. Muchas gracias por hundir a mi madre. Jamás se lo perdonaré.
Fecha:08:38:47 27/09/14
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Categorías:Viajes