Crevillente, Alicante: un pueblo industrial con un casco histórico

Acerca de:Crevillente [Alicante]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
Crevillente, Alicante, es un pueblo que está cerca de Elche. Es conocido por las industrias de alfombras que tiene.

Es un pueblo industrial con cierto encanto. Lo compruebas cuando dejas el coche aparcado y empiezas a callejear por sus calles hacia su casco histórico.

Nosotros estuvimos en Crevillente coincidiendo con la Semana Santa. Es cuando más vale la pena ir tanto si te gustan las procesiones como si te gustan menos. Es una Semana Santa de Interés Turístico Internacional. A mí me gustan este tipo de Semanas Santas porque suele haber mucha vidilla en las calles. Se llena todo de turistas.

Mi marido quería visitar el Museo Arqueológico que está en el Parque Municipal, pero yo no estaba para museos. Preferí sentarme en el Parque y tomar unos bocadillos con las niñas. Mis hijas no perdonan una merienda de chocolate. Las pobres quedaron un poco defraudadas con el lago del parque. No tenía agua.

Desde allí fuimos hasta la Plaza Pare Palau, un pequeño jardín donde nos hicimos un montón de fotos, pese a que mi marido decía que iban a quedar horribles con tanto edificio alrededor con unas fachadas bastante mejorables.

No te olvidas de que estás en un pueblo. Las casas nuevas se alternan con casas viejas y la ropa se ve tendida en muchas ventanas. Hay mucha gente mayor paseando, sin prisa. Pronto nos cansamos de andar porque encontramos bastantes subidas y bajadas. Las cuestas son horribles cuando vas en tacones.

Este pueblo necesita muchas reformas. Tiene casas que parece que te van a caer encima en cualquier momento de lo viejas que se ven. La limpieza de algunas calles también deja bastante que desear. Debe ser que la crisis les afecta y no hay pasta para tener casas y calles cuidadas. Decía mi marido que no venden alfombras como vendían por la competencia china.

Acabamos nuestro paseo en la Plaza del Ayuntamiento, uno de los sitios más bonitos de Crevillente. Mi marido quería que fuéramos hasta el barrio de San Rafael. Yo dije que no daba ni un paso más. Si quería ver las cuevas-vivienda que hay en dicho barrio que fuera solo. Se quedó con las ganas de ir.

Nuestro paseo por este pueblo acabó con un tapeo por los bares que están en la zona del ayuntamiento. No podía más. Las calles de este pueblo no invitan a callejear por las cuestas que tienen.
Fecha:08:56:14 18/04/15
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Categorías:Viajes