Parador de Sigüenza, Guadalajara: un parador en un castillo medieval
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Scarlett2000
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Incidencias
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Acerca de:Parador de Sigüenza [Sigüenza]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
El Parador de Sigüenza, Guadalajara, es un parador que es tal cual un castillo. No extraña que lo sea si tienes en cuenta que fue construidos en el lejano siglo XII, en plena Edad Media. Hasta su dirección lleva la palabra castillo: está en la Plaza del Castillo s/n.
En sus orígenes fue una alcazaba árabe que se edificó sobre un asentamiento romano. Antiguamente aprovechaban todo. Hacían como un reciclaje de piedras según las modas.
La moda de hoy en día no lo ha modificado. Tiene habitaciones antiguas con muebles antiguos. Por ejemplo, las camas son camas de dosel, algunas con las telas colgando y otras sin cortinas. La nuestra era sin cortinas porque yo la pedí así. Los cortinajes de las camas de dosel me agobian. Cogimos otra habitación a mayores para las niñas y tenía dos camas gemelas con el dichoso dosel. Los suelos de las habitaciones son de baldosa, las paredes pintadas de blanco, tienen una mesa auxiliar con unos sillones en una esquina y alguna alfombra que se la puedes quitar sin que te digan nada. Yo enrollé las alfombras y las dejé en una esquina de las habitaciones.
En este Parador vivieron en su día obispos y cardenales. Bueno, no hace tanto tiempo que era todavía la residencia del clero. A finales del siglo XIX aún andaban por allí los obispos. Por eso se le nota un aire un tanto clerical por mucho que le quieran dar un toque de residencia de marqueses con la decoración regia que le han puesto. Mi marido se hizo un montón de fotos con unas armaduras que había al lado de las escaleras. Yo creo que eran recién hechas porque no se veían nada oxidadas.
Os recomiendo el Parador de Sigüenza sobre todo por lo bien que se come en su restaurante. Nosotros comimos cabrito asado a la barreña. Estaba que te chupabas los dedos. Hasta a las niñas les gustó y mira que no son nada de carnes que no sean las que meten picadas en las hamburguesas.
En sus orígenes fue una alcazaba árabe que se edificó sobre un asentamiento romano. Antiguamente aprovechaban todo. Hacían como un reciclaje de piedras según las modas.
La moda de hoy en día no lo ha modificado. Tiene habitaciones antiguas con muebles antiguos. Por ejemplo, las camas son camas de dosel, algunas con las telas colgando y otras sin cortinas. La nuestra era sin cortinas porque yo la pedí así. Los cortinajes de las camas de dosel me agobian. Cogimos otra habitación a mayores para las niñas y tenía dos camas gemelas con el dichoso dosel. Los suelos de las habitaciones son de baldosa, las paredes pintadas de blanco, tienen una mesa auxiliar con unos sillones en una esquina y alguna alfombra que se la puedes quitar sin que te digan nada. Yo enrollé las alfombras y las dejé en una esquina de las habitaciones.
En este Parador vivieron en su día obispos y cardenales. Bueno, no hace tanto tiempo que era todavía la residencia del clero. A finales del siglo XIX aún andaban por allí los obispos. Por eso se le nota un aire un tanto clerical por mucho que le quieran dar un toque de residencia de marqueses con la decoración regia que le han puesto. Mi marido se hizo un montón de fotos con unas armaduras que había al lado de las escaleras. Yo creo que eran recién hechas porque no se veían nada oxidadas.
Os recomiendo el Parador de Sigüenza sobre todo por lo bien que se come en su restaurante. Nosotros comimos cabrito asado a la barreña. Estaba que te chupabas los dedos. Hasta a las niñas les gustó y mira que no son nada de carnes que no sean las que meten picadas en las hamburguesas.
Fecha:08:41:21 04/01/17
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:hoteles, alojamiento, Guadalajara, Sigüenza
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