Mi experiencia personal con los productos Taky no es buena. En el caso de las Taky Bandas Hidratantes sólo puedo decir más de lo mismo: estamos ante un producto más barato que las bandas de cera en frío de la competencia, entiéndase Veet, que no son tan efectivas como cabría esperar.
Lo único que puedo decir a su favor es que no huelen demasiado mal, gracias a la lavanda y camomila que llevan en su composición.
Su utilización es como la de todas las bandas de cera fría: las calientas un poco con las manos o bien poniéndolas unos minutos sobre el radiador y te las pegas en la parte de tu cuerpo que quieras depilar. Masajeas un poco y das un tirón a contrapelo. No duele tanto el tirón como con la cera caliente, pero doler duele, por supuesto.
Yo nunca repito la depilación con la misma banda. Además, con estas bandas de pegamento azulado de Taky resulta imposible porque dan para pegar una vez y para de contar.
No son muy baratas. La caja de 12 bandas y 4 toallitas para pasar tras la depilación cuesta 3,35 euros. Las encuentras a vender en cualquier supermercado. Por cierto, no es una caja nada vistosa. Los envases de Veet son mucho más atractivos de cara a la compradora.
Ni las recomiendo ni las dejo de recomendar. Están bien para una depilación apresurada, pero no para una buena depilación. A mí me dejan mucho vello sin arrancar y siempre tengo que retocarme con una crema Veet o con la maquinilla.