Aunque ello nos implicará un pelín de tiempo, el aroma de este café bien merece que le dediquemos el cariño preciso para molerlo con un molinillo manual, para que impregne con su agradable y penetrante aroma nuestra cocina.
Su potente aroma y no menos potente sabor, ha hecho de esta marca originariamente sevillana, hoy por mor de la globalización perteneciente a la multinacional Kraft, es mi marca favorita frente a otras de primera línea que incluso suelen tener un precio inferior a éste, sin llegar a hablar de marcas blancas de supermercados.
En casa solemos usar la presentación de 250 grs., aunque existen diversos tamaños, incluso por kilos que son los utilizados en hostelería, lugar donde ha perdido bastante empuje, pues su precio ha quedado por encima de otras competidoras que han logrado desplazarla de muchos de nuestros bares y restaurantes.
Algo positivo de este café, es que al no estar molido, es mucho más fácil su conservación y por tanto, mantiene mejor sus cualidades, estado de conservación al que también contribuye su perfecto envasado.