A mi personalmente no me dice nada el supuesto perfume que promete esta lejía, sino que por el contrario, huele a lo que es, lejía, aunque eso sí, algo menos fuerte que una lejía normal, o al menos es lo que mi atrofiada nariz es lo que me indica.
En cuanto a su función limpiadora, que como cualquier otra lejía blanca se debe diluir convenientemente en agua, decir que cumple suficientemente, librando de manchas a nuestras prendas blancas.
Aunque creo que como todas tiene varias presentaciones, la que anda por casas es de dos litros, y creo recordar que nos costó poco menos de dos euros, lo que me resulta un poco caro dada la gran cantidad de productos existentes a mejores precios.