El Holiday Inn Valencia, Valencia, es un buen hotel para unas vacaciones de verano con niños. Este cuatro estrellas en el que pasamos un fin de semana largo con nuestras hijas está en en el paseo de la Alameda 38 , al lado del Centro de Turismo y cerca de la ciudad de las Artes y las ciencias.
El hotel es enorme. Cuenta con 1100 habitaciones repartidas en 11 pisos. A mí no me gustan mucho los hoteles tan grandes. Se me hacía un mundo salir al pasillo y encontrar un montón de habitaciones. Me comentó una de las camareras que había unas cien habitaciones por planta.
Quedamos a comer un día en el restaurante que hay al lado de la recepción. Es inmenso. Tiene dos plantas y falta hace que sea grande porque el hotel tiene muchos huéspedes. Es en la planta baja de este restaurante donde sirven los desayunos. También sirven las comidas y las cenas.
El buffet del desayuno es muy completo. No sales con hambre. Lo que sí echas en falta es algunas cosas. Por ejemplo, un día tienes yogures para las niñas y al día siguiente parece que los camareros se han olvidado de ponerlos.
El restaurante de este hotel no os lo recomiendo si os gusta la gastronomía de calidad. La comida que ponen es muy de batalla, del día a día. No hacen exquisiteces.
Nosotros salimos más que nos quedamos en las estancias comunes. Mi marido quería jugar al billar en una especie de bar que hay encima del restaurante, pero yo me negué. Para mí el billar es un juego que no tiene ninguna gracia.
Tampoco frecuentamos mucho la cafetería del hotel, que cuenta con muchas bebidas típicas de países extranjeros y cócteles más de por aquí.
Me llamó la atención lo pequeña que era la piscina. Muy cutre. Lo mismo puedo decir de la sauna y del gimnasio. Se nota que son un hotel orientado hacia el turismo de chancleta. Las habitaciones tampoco son gran cosa. La nuestra tenía el suelo de moqueta, cosa que yo detesto. Las paredes estaban pintadas de blanco, las camas eran de color madera clarita, bastante sencillas y la mesa de escritorio, donde estaba el televisor de plasma, parecía recién comprada en un Ikea.
Pese a todo, os recomiendo este hotel. tiene una buena ubicación y es genial para la gente que quiera sentirse acompañada en sus vacaciones. El hotel es inmenso y suele estar bastante ocupado.