Hace unas semanas fuimos con unos amigos al Mesón Bar El Pon Pon, El Campello, en Alicante, un restaurante donde se come bien y a buen precio, pero tiene unos camareros más lentos que las tortugas que tiene mi sobrina en un acuario. Te desesperas esperando a que te traigan lo que has pedido y te desesperas más esperando por la cuenta.
Nosotros pedimos unas croquetas caseras que estaban muy buenas, una paella.Mi marido casi comió el solo una barra entera. No me extraña porque era de ese pan que te recuerda al pan que hacía tu abuela en el horno de leña que tenía en casa. No era una barra de supermercado.
Yo pedí también una ensalada que tenía lechuga, pepino, cebolla, aceitunas, tomate y atún. Estaba rica, pero le sobraba cebolla. Yo en mi casa la preparo siempre sin cebolla y sin tomate.
La paella era de calamares, pero casi no sabías ni que eran aquellos trozos. Mi marido decía que eran calamares de lata. Creo que no les faltaba razón. Aun así, yo la encontré sabrosa.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar este bar. Sería mejor, como os he dicho, si los camareros fueran más eficientes. En la mesa de alado le tiraron el aceite de la ensalada sobre el pan y no se lo cambiaron. Son bastante bordes.
Lo que nos gustó a todos fue el postre. Nos trajeron una tarta de queso casera, igualita a la que le prepara mi suegra a sus nietas. Estaba que te chupabas los dedos.
No nos salió cara la comida. Eramos cuatro personas y pagamos 55 euros.