Comer al lado del puente de Brooklyn fue una experiencia inolvidable. Sentí que estaba en Nueva York de verdad. El Bridge Cafe es un restaurante que huele a mar y que recuerda el local que fue en sus inicios, cuando su clientela eran los marineros.
Yo fui al Bridge Cafe con unas amigas aprovechando que estábamos en Nueva York de compras. Está en el 279 de Water Street. Es un local decorado con motivos marinos. Siempre estuvo decorado con anclas y esas cosas marineras que tanto gustan a los que buscamos algo distinto a la hora de comer.
Hoy ya no es el bar de los marineros. A mediodía hay muchos ejecutivos con traje y corbata. Te sientes como una reina comiendo rodeando de la gente bien de Nueva York. También fuimos de noche, pero estuve menos cómoda rodeada de clientela joven. Bebían demasiado y a mí no me gusta estar en medio de borrachos.
En el Bridge Cafe se come bien. Te hacen unas sopas caseras que consiguen que te acuerdes de la que hacía tu abuela. Mi abuela siempre hacía sopa. Decía que era la comida más sana. Las tortillas que preparan en el Bridge Cafe son enormes. Mis amigas y yo pedimos una y casi no fuimos capaz de comerla entre cuatro. También pedimos pato asado y calamares.
Os recomiendo el Bridge Cafe porque no es ni lo más barato ni lo más caro que hay en la Gran Manzana para comer. Se come bien por un precio razonable y el ambiente es muy bueno a mediodía. Yo pienso volver con mi marido. Mi santo estuvo solo, pero seguro que le encanta volver, igual que a mí. volveré sólo para volver a comer aquella tortilla tan grande y deliciosa. Este restaurante al lado del puente de Brooklyn, con una decoración muy marinera, es uno de los locales más recomendables de Nueva York. Es una pena que esté siempre hasta los topes. Cuesta encontrar mesa libre.