Se trata más que de un juego, de un conjunto de minijuegos, que tienen un único objetivo en la mente de su creador, que es mostrarnos todas las posibilidades que nos puede ofrecer el mando de nuestra Wii.
En cuanto a la calidad gráfica de los minijuegos decir que es bastante modesta, similar a la matenidad por la saga de los deportes para Wii, con Wii Sports a la cabeza, lo que también se puede deducir desde el apartado música y sonido, que está bien sin destacar.
En cuanto a la jugabilidad, debo decir que sus nueve minijuegos van aumentado progresivamente de dificultad, sin que por ello sea capaz de convertirse en algo tan divertido como para crear un mínimo de adicción, pese al aliciente de los records, máxime si tenemos en cuenta que como máximo pueden jugar simultáneamente dos jugadores.
Además algunos de los juegos se me antojan tremendamente tontos, poco atractivos y menos interesantes.
En cambio otros pueden resultarnos divertidos, a lo que contribuye que se trate de juegos cortos y por tanto de fácil final, siempre con la competitividad como referente.
Así que con estos mimbres, se puede decir que es un juego que pronto pasará a criar polvo en tu estante.
En definitiva, si os viene de regalo con vuestra consola, bienvenido sea, pero si tenéis que gastaros unos cuantos euros en su compra, no puedo más que no recomendaros su adquisición, puesto que por precios similares, hay una auténtica inmensidad de títulos mucho más atractivos y sugerentes.