D.J. Salinger se hizo famoso tras escribir "El guardián entre el centeno", novela que narra las peripecias de Holden, un adolescente que acaba de ser expulsado del prestigioso internado donde dio muestras manifiestas de fracaso escolar con un suspenso casi total.
Holden no es un ejemplo a seguir, pero sí es un entretenimiento para una tarde porque te lo pasarás pipa leyendo sus pensamientos sobre el mundo que lo rodea. Lo mejor de la novela es la crítica social que pone el autor en boca de su protagonista. Holden dice todo lo que piensa y piensa todo lo que hace.
Yo me quedé con ganas de leer más. El libro sólo tiene 135 páginas. Enseguida te engancha el monólogo del protagonista, un adolescente que en realidad es un inadaptado social. El relato es algo repetitivo. El muchacho parece que siempre está viviendo lo mismo, pensando lo mismo, haciendo lo mismo; pero de eso te das cuenta en una segunda lectura. La primera lectura a mí me sirvió para enamorarme de Holden. Es un gamberrete genial.
Además no tiene muchos motivos para ser rebelde. Su familia anda sobrada de dinero, puede enviarlo a colegios caros, tiene un futuro por delante prometedor sólo por el hecho de ser hijo de unos padres con posibles. Holden pensaría de otra manera si hubiera sido hijo de unos padres que no pudieran malcriarlo dándoselo todo.