Recientemente estuve de viaje de negocios en Barcelona y requería moverme por la ciudad y los alrededores durante varios días, así que decidí alquilar un coche y el Toyota Prius fue mi elección. Y la verdad es que quedé tan contento que creo que, en cuanto jubile mi actual coche, será un Prius mi nuevo automóvil.
En primer lugar, decir que el Toyota Prius tiene dos motores: uno de gasolina, y otro eléctrico. Además, incorpora una docena de sensores gracias a los cuales el coche alterna entre uno, otro o los dos de forma automática para maximizar el rendimiento y minimizar el consumo (y las emisiones de gases conaminantes). Por otro lado, posee un cambio CVT (Continuously Variable Transmission) que, básicamente, prescinde del embrague e incorpora un variador, de forma que el cambio es automático y controlado de forma automática variando la relación de transmisión de forma automática entre infinitos valores dentro de dos extremos. De esta forma, al acelerar no hay "tirones" al cambiar de marcha, sino que el ritmo es continuo. De esta forma, el Toyota Prius no tiene tres pedales, sino dos: el acelerador y el freno. Esto, unido a que el coche es facilísimo de conducir al margen del cambio (la dirección es extraordinariamente suave), hacen que manejar este coche sea una delicia.
Cuando el coche está parado, se desconectan los dos motores, y el consumo es cero, y cuando el coche está bajando pendientes o decelerando, se conecta el motor eléctrico que actúa como generador y carga las baterías. En condiciones normales, por debajo de los 50 kilómetros por hora el motor de gasolina no funciona, sino que sólo se pone en marcha el eléctrico, y en estas circunstancias no sólo el consumo (y las emisiones de gases contaminantes) es cero, sino que el coche no hace ningún ruido, sólo se oye el rozamiento del aire y de las ruedas. En relación con esto último, el Toyota Prius tiene una línea visual muy característica que permite una máxima eficiencia aerodinámica, de forma que se reducen el consumo y las emisiones de gases contaminantes.
Además, tiene muchísimos sistemas de seguridad tanto activa como pasiva, ya que de hecho este coche ha logrado en las pruebas 5 estrellas Euro NCAP, la máxima puntuación.
El estado de todos los sensores, de la carga de las baterías, del funcionamiento de los motores, del equipo de sonido (JBL de 7 altavoces) y los datos del consumo de gasolina y otros parámetros del coche se controlan mediante una consola con pantalla en el salpicadero, mediante gráficos muy ilustrativos.
En relación con el consumo decir que por ciudad oscila entre 4 y 5 litros por cada 100 kilómetros, mientras que en carretera podemos conseguir que baje de 4 litros, dependiendo todo esto de nuestra forma de conducir. Las emisiones de gases contaminantes son de 104 g/km, siendo uno de los más bajos del mercado (si no el más bajo), sobre todo considerando que se trata de un coche de gasolina.
En contra de lo que dicen las malas lenguas, la respuesta del coche en cuanto a potencia es excelente, si bien no pienses en pasar de los 180 kilómetros por hora, y el sistema eléctrico es totalmente duradero y fiable, ya que está garantizado durante 8 años por Toyota.
En definitiva, una joya de la tecnología.