Tengo que reconocer que no me gustan demasiado los dulces, tan sólo el chocolate con leche sencillo y sin florituras de ningún tipo. Ni turrones, ni pralinés, ni pasteles... El caso es que el otro día invité a mis padres a comer a mi casa, y mi madre llevó de postre un paquetito de 50 gramos de bombones Lindor que le habían regalado como muestra en El Corte Inglés, ¡y vaya cierto!
Bueno, como después los compré, ese paquetito de 50 gramos cuesta unos 9 euros, así que hay que reconocer que son un poco caros (una tableta de chocolate de 100 gramos cuesta bastante menos de 1 euro), al menos en mi opinión, que no suelo comprar bombones muy a menudo y por tanto no sé cuánto suelen costar. Luego hay formatos más grandes y que salen más baratos, por ejemplo de 200 gramos que salen por 11 euros, la verdad es que depende, porque hay paquetes más pequeños que se supone que son para "ocasiones especiales" y luego los más grandes ya no vienen con tantas florituras y por eso salen más económicos. En cualquier caso, os recomiendo que vayáis y comparéis.
Pues bien, como decía estos bombones pueden ser un poco caros, pero a mí personalmente me producen un inmenso placer: un bocado redondo, que parece sencillo y recubierto por una fina capa de chocolate con leche, pero que luego lo muerdes y se convierte en un estallido de sabor en tu boca con el corazón de cremoso chocolate fundiéndose... ¡Lo que os digo, esto es placer y lo demás son cuentos!
No son para comer todos los días, por aquéllo de mantener la dieta y no engordar, pero de vez en cuando está bien darse un gustazo, ¿no os parece?