El Lush Sweetlips Exfoliante Labial es un exfoliante labial que se puede comer. Lo venden en envases de forma cilíndrica con una llamativa pegatina roja. Es un envase transparente que cierra con una tapa de color negro.
No es un envase que me guste demasiado. Lo abres y metes el dedo para coger el producto. Hubiera preferido otro formato que resultase menos pringoso. Por ejemplo, un formato de barra de labios.
El exfoliante es rojo, con una textura densa que me recuerda mucho a la del azúcar mojado. No tiene los gránulos demasiado grandes ni falta hace porque estamos hablando de un exfoliante de labios. Si los tuviera más grandes, hubiera sido más agresivo con la piel de los labios.
No me gusta demasiado. Lo encuentro muy pringoso. Yo me lo pongo una vez a la semana. Me deja los labios muy suaves y más receptivos a la pintura de labios. Me lo pongo con un dedo o con un trocito de pañuelo de papel cuando no quiero pringar el dedo. Se extiende bien. Tiene un sabor dulce bastante agradable. No pasa nada si lo comes. Mi hija mayor lo hizo una vez para mi horror y la tengo vivita y coleando.
La cajita sólo trae 25 gramos, pero cunde una barbaridad. No hace falta echar mucha cantidad para que los labios te queden bien exfoliados.
Yo siempre quito los restos de exfoliante con agua fría. Lo puedes hacer también con agua tibia. Prefiero el agua fría porque me deja una mayor sensación de limpieza.
Os lo recomiendo. Exfolia bien la piel de los labios. Te la deja libre de impurezas y células muertas. Además no pasa nada si te lo comes. Me parece sobre todo un producto seguro.
La única desventaja que le encuentro al Lush Sweetlips Exfoliante Labial es su precio. Me costó 8,50 euros la última vez que lo compré. Me parece un poquito caro.