El Museo EFE, también conocido como la Casa de las Noticias, es un museo de periodismo global en el que no me sentí nada cómoda. Cuando me contaron que había que pedir algo así como visita previa, ya supe que no me iba a gustar. Me gusta ir a los museos por mi cuenta y cuando me da la gana, no cuando me digan que puedo ir. No va conmigo planear el ocio de esa manera tan cuadriculada.
Lo que no esperaba es que en el museo me trataran como a una colegiala. Pero que eso, incluso. Me vi incluida con mi familia en un grupo de familias en una visita guiada que casi me vuelve loca. Ni en mis tiempos de escolar me llevaron por los museos como una oveja pastoreada por los que saben. Mi marido se lo tomó a broma. A mí no me hizo ninguna gracia.
Encima había dos o tres visitas de grupos escolares. Aquello parecía una casa de locos. El guía decía que nos estaba dando una lección de Historia reciente. ¡Menuda lección! Parecía que regresábamos a la Edad Media con la Santa Inquisición.
El Museo EFE es muy interactivo. Se ven fotografías pasándolas con la mano, los audios saltan al detectar a la gente matándote casi del susto muchos de ellos. El guía estaba empeñado en que pusiéramos las gafas de realidad virtual. Me negué. Aquellas gafas estaban llenas de porquería después de pasar por las caras de todo el mundo mundial.
No os recomiendo el Museo EFE. Si quitaran las visitas guiadas, mejoraría mucho. No hacen falta guías para ver fotografías de famosos de los siglos XX y XXI. Los conocemos a todos. El guía nos echó un rollo patatero sobre una foto que tenían de Isabel II. Quedó a cuadros cuando le dije que la conocía. Era una foto que aparecía y sigue apareciendo en todos los libros de Historia. Aún así siguió con el rollo de que era la madre de Alfonso XII.
A mi marido le gustaron mucho las fotografías que tenían de una joven y guapa Sara Montiel. Eran las mejores fotos. Las del 23 F no me gustaron y las de la selección española tampoco.
No sólo tienen fotografías. También tienen máquinas de escribir, teletipos, cámaras de fotos antiguas, un laboratorio de fotografía de otros tiempos.
Lo peor, como os dije, es tener que inscribirte online para ir a verlo y las visitas guiadas en grupo que te imponen. Por eso no os lo recomiendo. Te agobian.