Por fin he probado las famosas cápsulas de ceramidas de Elizabeth Arden. Cada marca tiene su producto estrella y en Arden yo creo que es este. Supongo que porque en su día fueron pioneros en este tipo de productos en monodosis, algo muy cómodo e higiénico, aunque no muy económico.
A mi me dieron una muestra en la que venían 4 ampollas, una estupenda manera de acercarme al producto.
Estas cápsulas son para un solo uso. La ampollita es de plástico duro, en forma de gota aplastada con capucha (mejor os pongo foto). Al girar en su parte más estrecha, se rompe y sale el líquido. Un poquito de cuidado porque a veces estás apretando la cápsula al girar y sale disparado el producto, lo que es un pringue y un despilfarro.
La textura de este serum es un poquito aceitosa, lo que al principio me echó un poco para atrás y es que mi piel es mixta con tendencia a los granos, así que huyo de todo lo aceitoso. Sin embargo, poco después de extenderlo la piel lo ha absorbido por completo. De hecho, como no te pongas crema vas a notar hasta tirantez, o sea, que de aceitoso nada.
Después de 3 cápsulas siento decir que yo no he notado gran cosa. No se si es porque no es tiempo suficiente para notarlo o porque los productos que uso hacen que mi piel no tenga carencias en hidratación y es que por lo que le entendí a la chica que me dio la muestra las cápsulas servían para fortalecer la barrera de hidratación, mejorando la textura y densidad de la piel.
Tras la aplicación si que siento la piel como más tersa, pero creo que es por que el producto penetra mucho en la piel, faltando el sellado, con lo que la piel se nota menos confortable. Ni más luz, ni menos líneas ni nada de nada. No os lo recomiendo.