Clarins es una marca de cosmética francesa que tiene un poco de todo: Tratamiento, maquillaje y línea de cuerpo. También tuvo en su día fragancia pero ahora creo que ya no tiene.
Quizá lo menos conocido de esta marca sea su línea de maquillaje, y después de probar sus lápices de ojos puede que sea porque no está a la altura del tratamiento. Al menos para mi el khôl ha sido un poco decepcionante pues no fija tanto como otros lápices a los que estoy acostumbrada.
No es exageradamente caro teniendo en cuenta que se trata de una marca de alta cosmética: 17€.
Hay muchos tonos: Morado, marrón, verde, azul... yo tengo el negro y es verdaderamente negro. Eso me gusta mucho porque es un negro muy luminoso que no pierde el color al difuminarlo.
La mina es dura, al principio pensaba que me iba a costar pintarme porque con las minas duras suele pasar que no marcan bien, pero el khôl de Clarins no es de esos que no marcan. Y lo bueno que tiene que la mina sea dura es que puedes afilarlo muy bien pues la punta no se deshace en la primera pasada.
Lamentablemente, contra todo pronóstico es un lápiz que no fija. Y digo contra todo pronóstico porque cuanto más duro es un lápiz mas dura en la piel. Sin embargo este eyeliner marca muy bien pero no asienta. Yo soy de esas personas que se restriegan mucho los ojos (tengo alergia al polen y me ataca a los ojos) y se me embadurna el maquillaje porque este lápiz parece que no termina de secar, así que en cuanto te lo tocas te llevas el pigmento. También se mueve aunque no te lo toques, al final de la noche la zona del contorno de ojos se ve un poco sucia, parece que tienes ojeras.
Al final he decidido usarlo sólo en la línea del agua, porque de allí si que no se mueve y como dentro del ojo no me toco, no lo emborrono. Es curioso que justo ahí se mantenga y en la línea de las pestañas no. Supongo que es una cuestión de la composición del producto.
En resumen, os recomiendo este lápiz si os maquilláis el ojo por dentro, pero no para la línea normal.