Espectaculares altavoces
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Acerca de:Creative Gigaworks T20
Ventajas:Sorprendente calidad de sonido
Desventajas:LED muy brillante, interruptor muy ruidoso, algo caros
En los últimos años siempre he tenido altavoces 2.1 en mi escritorio, y siempre de Creative, ya que es una marca que siempre me ha dado confianza. Llegó el momento de cambiar los últimos y también la mesa de mi escritorio, a la que no le encontraba hueco para el subwoofer, así que vi estos Creative GigaWorks T20 en la Fnac por 90 euros, no me lo pensé dos veces y sin probarlos en la tienda me los adjudiqué.
La verdad es que tenía muchas dudas con respecto a los bajos en un sistema 2.0, pero como dije siempre me he fiado de Creative, y además GigaWorks es la gama alta de esta compañía, lo que sumado a su precio me dejó una sensación de que algo tenían que tener. Además, nunca he sido amigo de unos bajos demasiado potentes, de esos que crean turbulencias en el aire de la habitación, y la música que escucho es fundamentalmente orquestal, así que los requisitos en este aspecto no son tan obvios como en géneros electrónicos.
Pese a mis recelos, cuando llegué a casa, los enchufé y puse en el Amarok "Beowulf Slays The Beast" de la banda sonora de "Beowulf" (del gran Alan Silvestri)... ¡ACONGOJANTE! No es que fuesen los bajos más impactantes que hubiese oído en mi vida, sin embargo eran los bajos *adecuados* para la música, y sobre todo las frecuencias más altas se oían con una claridad asombrosa. Era literalmente increíble (no me lo podía creer) que unos altavoces 2.0 pudiesen sacar ese sonido. Los que estéis leyendo esta opinión tenéis que oirlos, porque lo que digo se queda corto. No diré que suenen como unos JBL de 500 euros, pero la calidad es sorprendente.
En cuanto a los altavoces en sí, tienen una entrada analógica que se puede enchufar directamente a la salida de nuestra tarjeta de sonido. En la parte frontal, el altavoz izquierdo no tiene ninguna función adicional, mientras que el derecho tiene una salida para auriculares, una entrada analógica adicional, un LED de estado (que, por cierto, es azul demasiado brillante) y tres controles de bajos, agudos y volumen. Éste último también actúa como interruptor, ya que al bajar el volumen al máximo se pasa una zona más "dura" en la que se oye un "clic" y los altavoces se apagan. Hago hincapié en el "clic" porque hace bastante ruido.
Cada vía de 14 vatios tiene dos altavoces, uno para medios y otro para agudos, con una frecuencia de respuesta de 50Hz-20000Hz. Pero lo más destacable de estos altavoces en cuanto al aspecto se percibe al verlos desde arriba, ya que son bastante "profundos", más de lo que a simple vista requerirían los conos empleados. Además, incluyen un agujero en el que se puede ver que una especie de "tubo" se introduce en la carcasa.
Esto no es otra cosa que la tecnología BasXPort, un "subwoofer pasivo" que hace posible que se emitan los graves a partir del sonido generado por los altavoces de medios y agudos gracias al diseño y a la forma de la caja.
Pues eso, unos altavoces sorprendentes, si no tenéis mucho espacio ni tenéis que "rellenar" con sonido una habitación demasiado grande, son una gran elección. Lo que sí hay que reconocer es que son algo caros, pero creo que la calidad lo compensa.
La verdad es que tenía muchas dudas con respecto a los bajos en un sistema 2.0, pero como dije siempre me he fiado de Creative, y además GigaWorks es la gama alta de esta compañía, lo que sumado a su precio me dejó una sensación de que algo tenían que tener. Además, nunca he sido amigo de unos bajos demasiado potentes, de esos que crean turbulencias en el aire de la habitación, y la música que escucho es fundamentalmente orquestal, así que los requisitos en este aspecto no son tan obvios como en géneros electrónicos.
Pese a mis recelos, cuando llegué a casa, los enchufé y puse en el Amarok "Beowulf Slays The Beast" de la banda sonora de "Beowulf" (del gran Alan Silvestri)... ¡ACONGOJANTE! No es que fuesen los bajos más impactantes que hubiese oído en mi vida, sin embargo eran los bajos *adecuados* para la música, y sobre todo las frecuencias más altas se oían con una claridad asombrosa. Era literalmente increíble (no me lo podía creer) que unos altavoces 2.0 pudiesen sacar ese sonido. Los que estéis leyendo esta opinión tenéis que oirlos, porque lo que digo se queda corto. No diré que suenen como unos JBL de 500 euros, pero la calidad es sorprendente.
En cuanto a los altavoces en sí, tienen una entrada analógica que se puede enchufar directamente a la salida de nuestra tarjeta de sonido. En la parte frontal, el altavoz izquierdo no tiene ninguna función adicional, mientras que el derecho tiene una salida para auriculares, una entrada analógica adicional, un LED de estado (que, por cierto, es azul demasiado brillante) y tres controles de bajos, agudos y volumen. Éste último también actúa como interruptor, ya que al bajar el volumen al máximo se pasa una zona más "dura" en la que se oye un "clic" y los altavoces se apagan. Hago hincapié en el "clic" porque hace bastante ruido.
Cada vía de 14 vatios tiene dos altavoces, uno para medios y otro para agudos, con una frecuencia de respuesta de 50Hz-20000Hz. Pero lo más destacable de estos altavoces en cuanto al aspecto se percibe al verlos desde arriba, ya que son bastante "profundos", más de lo que a simple vista requerirían los conos empleados. Además, incluyen un agujero en el que se puede ver que una especie de "tubo" se introduce en la carcasa.
Esto no es otra cosa que la tecnología BasXPort, un "subwoofer pasivo" que hace posible que se emitan los graves a partir del sonido generado por los altavoces de medios y agudos gracias al diseño y a la forma de la caja.
Pues eso, unos altavoces sorprendentes, si no tenéis mucho espacio ni tenéis que "rellenar" con sonido una habitación demasiado grande, son una gran elección. Lo que sí hay que reconocer es que son algo caros, pero creo que la calidad lo compensa.
Fecha:15:01:48 24/10/08
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Votos:no disponible.
Categorías:Informática
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