Enviado por...
mano5chi
Últimas opiniones
Incidencias

Si hay algún problema, no dudes en decírnoslo:

Acerca de:Canon Pixma IP2600
Ventajas:Sus dimensiones, eficacia general y excelente calidad fotográfica
Desventajas:Quizá no pueda competir con productos más actuales
A la hora de comprar tecnología, suelo guiarme por un estricto criterio de necesidad. El resultado de ello es que, si bien no estoy al cabo de la calle en lo que a gadgets se refiere, las compañías electrónicas y telefónicas aún no han conseguido que me sienta insatisfecho por no poder marearme viendo mi televisor con unas incómodas gafas 3D o por no tener la posibilidad de utilizar Internet en el móvil, dándole un uso tan relevante como consultar en el autobús qué ha hecho Alonso en la última carrera de F1 (¿no es obvio saber qué ha ocurrido sin mirar ninguna web?) o enviar a las 4 de la mañana un post a mi cuenta de Facebook mientras estoy de juerga.
Así que, cuando se hizo totalmente necesario renovar mi vetusta impresora, enseguida comprendí que funciones como el escáner o la capacidad de hacer copias de documentos todavía no me eran necesarias. De manera que opté por una impresora de inyección de tinta corriente y moliente. La Canon Pixma IP2600. Treinta y cinco euros en el MediaMarkt.
Sin embargo, en honor a la verdad, debo admitir que el asunto de las dimensiones también tuvo bastante que ver en mi anacrónica decisión. En casa no nos sobra espacio y el ordenador y demás periféricos han de adaptarse a un mueble de esos con panel deslizante para el teclado. El lugar de la impresora es la repisa que hay justo encima del cajón de dicho mueble, a la altura aproximada de mis pantorrillas. En la tienda me pareció que esta impresora cumpliría, aunque fuera por los pelos, esta crucial exigencia. Y así fue. Justita, pero entró. Normalmente no suelo tener tan buen ojo.

Cuando se halla totalmente cerrada, la Canon Pixma IP2600 tiene el aspecto de una elegante caja de zapatos negra, por más que sea algo más larga. Concretamente, mide 17,5 centímetros de largo, 25 de ancho y 15 de grosor. No obstante, hemos de tener en cuenta que el ancho se ve incrementado en cuatro centímetros cuando abrimos el soporte para el papel, en diez más cuando desplegamos la bandeja de salida y, debido al susodicho soporte, el alto se eleva en dieciséis centímetros suplementarios. Aún así, sus dimensiones me parecen muy cómodas para el uso doméstico.
La conectividad del aparato posee la simplicidad que convierte a la tecnología en accesible para todo el mundo. Tan sólo tendremos que realizar dos sencillas acciones antes de poder utilizar la impresora. La primera es, lógicamente, conectar a la red eléctrica el cable del enchufe que surge de la parte posterior del aparato, mientras que la segunda consiste en insertar en algún puerto USB el cable de conexión que sale desde el lateral izquierdo de la impresora. Plug and play. Enseguida se nos pedirá que insertemos el CD-ROM que viene en la caja del producto para realizar automáticamente la típica instalación rutinaria.

El manejo básico tampoco reviste misterio alguno. En el panel superior del aparato destacan dos botones, situados uno al lado del otro. El primero de ellos, mirando de arriba a abajo, es el botón de encendido y apagado. Al pulsarlo, una luz verde comienza a parpadear mientras la impresora se inicia. Cuando dicha luz quede fija, podremos enviarle trabajo desde nuestro ordenador. Normalmente, el tiempo transcurrido desde que pulsamos el botón hasta que el aparato alcanza plena operatividad es de unos 25 segundos.
El otro botón es el de alarma. Tiene como objetivo avisar de algún problema en la impresora (un cartucho mal instalado, agotado, etcétera) o una dificultad durante la impresión (falta de papel, por ejemplo). Cuando exista alguna de estas complicaciones, el botón se iluminará con una parpadeante luz naranja. Una vez solucionado el asunto de que se trate, bastará con que lo pulsemos para que el trabajo se reanude o el aparato recobre su normal funcionamiento. Naturalmente, una ventana emergente en el monitor de nuestra computadora nos ilustrará acerca de la situación que hay que remediar.

Desde la ventana de propiedades, que podemos hacer aparecer haciendo doble click en el icono “My Printer” del escritorio y luego pulsando sobre “configuración de la impresora”, podremos gestionar adecuadamente todas nuestros trabajos.
Como opción destacada, además de las consabidas configuraciones de página en función del tamaño de papel que introduzcamos, podremos elegir entre tres calidades de impresión (alta, estándar y rápida), así como acceder a una opción personalizada, que nos permite disminuir la calidad hasta un nivel inferior al de la rápida, con el fin de maximizar el ahorro de tinta en documentos poco relevantes.
También podremos elegir entre tres tipos de calidad para nuestros gráficos: baja (difuminar), media (auto) y alta (difusión) y establecer manualmente la intensidad de colores, brillo y contraste con que el aparato reproducirá el material que deseemos.
Por último, tendremos a nuestra disposición varios efectos (sepia, simulación de ilustraciones, optimizador de imagen) para adornar la impresión de imágenes y hasta tres opciones (foto vívida, optimizador de foto avanzado y reductor de ruido de foto) destinadas a elevar, hasta el umbral de lo exquisito, la calidad de nuestras impresiones fotográficas.
La calidad fotográfica es la auténtica prestación estrella de este aparato. De hecho, a fin de facilitar que el cliente pueda disfrutar de esta característica, con la compra de la impresora Canon Pixma IP2600, vienen incluidas veinte láminas (tamaño 10x15) de papel fotográfico profesional PR-101, el segundo mejor que puede cargar el aparato, sólo por debajo del papel fotográfico profesional platinum PT-101. En lo personal, a lo largo del tiempo que llevo disfrutando de esta impresora, habré impreso 5 ó 6 fotografías, siempre con un resultado impecable. La circunstancia de que nunca hubiera impreso fotografías con anterioridad no supuso dificultad alguna, ya que los 400 Megabytes de espacio en el disco duro que ocupa la instalación del aparato, incluyen diversos tutoriales para instruir al usuario en la correcta impresión de fotografías, álbumes, adhesivos, calendarios, etcétera.

La velocidad a la que esta Canon puede imprimir texto oscila entre las siete páginas por minuto que puede lograr en modo rápido hasta las dos que alcanza en calidad alta, pasando por las cinco páginas en modo estándar. No creo que, a nivel doméstico, tengáis nunca más prisa para haceros con una copia en papel de vuestros documentos electrónicos.
Teniendo en cuenta el cuidado que han puesto los fabricantes por dotar a este producto de una capacidad de impresión fotográfica sobresaliente, huelga decir que la calidad a la hora de imprimir texto resulta también soberbia.
La escasísima tendencia que este aparato parece mostrar a la hora de atascarse o de succionar más de una hoja de papel simultáneamente, con el consiguiente estropicio, puede considerarse como un gran aliciente extra. Y que conste que digo “escasísima tendencia” sólo para cubrirme las espaldas, porque, personalmente, no se me ha atascado ni una vez. Formidable.
En lo que respecta al nivel de ruido, he de decir que no sólo es absolutamente tolerable, sino también discreto. Se trata de zumbido bajo muy uniforme que se eleva imperceptiblemente cuando el rodillo de la máquina aspira una nueva hoja de papel. Da la impresión de ser un poco más bajo que el ruido que origina la lavadora media y un poco más alto que el ocasionado por el motor de una nevera antigua en pleno entusiasmo. Sin embargo, para aquellos que posean oídos delicados, existe la opción de poner la impresora en modo silencioso, con lo que el zumbido uniforme al que me refería unas líneas atrás será sustituido por un silbido grave aún más discreto. Claro que el precio de la discreción absoluta consiste en cierta pérdida de velocidad. Vosotros elegís.

Como habéis podido observar a lo largo de esta opinión, la Canon Pixma IP2600 es una impresora de inyección de tinta sin mucha floritura, capaz de hacer su trabajo de impresión rutinaria con velocidad, discreción y eficacia. Su comportamiento a la hora de tratar con fotografías es extremadamente diligente y parece estar construida a prueba de atascos.
No obstante, su cualidad más admirable, junto con el reducido tamaño y la posibilidad de mantener ciertas partes plegadas cuando no la estemos utilizando, es su manejo, sencillo, intuitivo y, aún así, apoyado por diversos tutoriales bien claros.
Quizá para no romper esta filosofía de fabricación, la maniobra de sustitución de los cartuchos de tinta no os llevará más de dos o tres minutos. Solamente tendréis levantar el panel superior de la impresora hasta que ambos cartuchos (tinta negra y de color) sean desplazados hacia una zona abierta en la parte izquierda. Cuando estén allí, una ligera presión hacia abajo aplicada en el extremo del cartucho más cercano a vosotros bastará para liberarlo del cajoncito en el que se encuentra. La maniobra inversa (ligera presión hacia arriba, hasta oír un clac) servirá para colocar el cartucho nuevo en posición.
La duración de los mismos también resulta adecuada, aunque difícil de calcular. Por decir algo, con un uso del cartucho de tinta negra más o menos moderado (imprimiendo dos o tres páginas por día) podemos estirar su vida hasta los tres meses o tres meses y medio. Como es lógico, el cartucho de color durará bastante más, a no ser que tengáis que imprimir asiduamente gráficos o fotos. Eso sí, desaconsejo vivamente la compra de cartuchos que no sean originales, porque tengo más que comprobado que los típicos cartuchos económicos de dudosa marca y procedencia ofrecen una duración sensiblemente inferior. Los cuatro euros que ahorraremos en cada cartucho no parecen una ganga, en comparación con la frecuencia con que tendremos que adquirirlos.
Al fin y al cabo, guiarse por un estricto criterio de necesidad es una cosa y hacer el tonto es otra muy diferente.
Fecha:16:06:29 16/10/11
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
Votos:no disponible.
Categorías:Informática