La ópera prima de Santiago A. Zannou, llamada El truco del manco, empieza con una escena devastadora que muestra las dificultades que tiene El Cuajo (El Langui) para poder tomar una ducha debido a la parálisis cerebral que padece.
El Cuajo (de Renacuajo) y su mejor amigo, Adolfo, un mulato enganchado a las drogas, se ganan la vida trapicheando. Ambos, aficionados al hip hop, son dos marginados que viven en Barcelona, representada en la película como una ciudad sórdida y gris, donde conviven la delincuencia, las drogas, los sin papeles, etc…
Actores no profesionales, seleccionados mediante un casting en los extrarradios de Madrid y Barcelona, forman el reparto de este film. Entre ellos destaca Juan Manuel Montilla, El Langui, líder del grupo musical de hip hop La Excepción, que fue galardonado en 2006 por MTV Europa como el mejor grupo europeo en lengua castellana.
Todos cumplen, aunque El Langui parece interpretarse a sí mismo en varias ocasiones en un papel plagado de similitudes con su propia vida. El más convincente es Ovono Candela (Adolfo).
Mención especial merecen dos personajes de la película: el hermano de El Cuajo, un delincuente adolescente y consentido por su madre y el padre de Adolfo, un alcohólico irredento.
En la película hay alguna escena especialmente descarnada como la de los yonkies, en la más pura tradición del cine quinqui de Perros Callejeros o El Vaquilla, pero también hay varios momentos cómicos que aligeran la tensión del film.
La banda sonora incluye pocas canciones pero buenas. La Mala Rodríguez hace un cameo como amiga de la pareja protagonista, aunque no interpreta ningún tema suyo.
El truco del manco es una película sencilla pero muy dura, rayana en la desesperanza, con buen ritmo y un guión muy trabajado. Su cualidad más destacable es la sinceridad con la que refleja la difícil vida de los protagonistas y la marginalidad de determinados barrios de Barcelona.
En el debe de este largometraje, algunas de sus situaciones/escenas/personajes que ya se han visto en otras películas de temática similar (Barrio, por ejemplo), aunque personalmente esperaba menos de una película que aporta una gran lección se superación y esperanza y por abofetear con contundencia a todos los quejicas que nos lamentamos de lo desgraciadas que son nuestras cómodas vidas.