El Hotel Vera Playa Club - Vera en Almería es un cuatro estrellas que está casi a a la altura de muchos cinco estrellas.
Sus instalaciones son muy buenas. Un lujazo en una zona naturista por la que me gusta dejarme caer de vez en cuando sin que lo sepan mis conocidos, quienes no aceptan demasiado esta práctica.
Cuenta con unos animadores muy buenos, piscina cubierta climatizada y todas cuantas comodidades te imaginas. En la piscina, cunado estuvimos nosotros, no había mucha gente. La peña prefería ir a la playa.
Lo que menos me gustó fue esperar de pie por mi comida mientras funcionaba su sitema de cocina en vivo. Yo paso de esas chorradas. Prefiero lo tradicional: que me sirvan y no me importa como hagan o dejen de hacer la comida.
Su ubicación es muy buena. Está en primera línea de la playa nudista. En cuanto al nudismo hay que matizarlo. Yo vi mucha gente en bañador, sobre todo hombres. Te admiten tanto vestida como desnuda.
Nuestra habitación era muy espaciosa. Tenía una pequeña terraza con vistas a la playa. Las camas eran idividuales pegadas y justo encima, a la altura de los pies de las camas, estaba el ventilador de techo.
Ventiladores de techo los había en todas las estancias, incluido el comedor. Yo los detesto. Es una de las desventajas que le encuentro a este hotel.
En el cuarto de baño nos sorprendieron con una bañera redonda enorme. El kit de aseo era completo y la limpieza, tanto del cuarto de baño como de las habitaciones, muy buena.
No faltaba caja fuerte, minibar, televisión y conexión a Internet.
Tampoco faltó una buena factura cuando nos fuimos. Nos clavaron por noche y día más de 100 euros. Ya les vale. Con lo de ser un hotel nudista se están forrando. A ver si la competencia espabila y abre establecimientos de estas características para los clientes que de vez en cuando queremos vivir sin ropa.