El hotel se encuentra en la Isla de Holbox, una islita en Cancún perfecta para unas vacaciones románticas lejos del mundanal ruido.
Nosotros tuvimos la suerte de que nos tocó un cuarto amplio, tal como yo había solicitado en la reserva. Nuestra habitación tenía unas preciosas vistas a la playa.
Casi todos los días nos quedamos a comer en el restaurante del hotel el menú era muy variado y la comida estaba bastante aceptable y no excesivamente picante. Además los precios eran más económicos que los precios que encontrabas en restaurantes de fuera.
El Hotel Xaloc Hotel está rodeado de un jardín impresionante. Que nadie espere encontrar sólo arenal.
Es una pena que no tengan un personal más amable y eficiente. La limpieza de nuestro cuarto de baño dejaba bastante que desear. Encima no eran nada rápidos. Parece que se dormían, sobre todo en la recepción.
La decoración del hotel combina los toques rústicos con unos toques modernos que le dan mucha vidilla. Nuestra habitación era más bien antigua. No me gustó demasiado. Sobre la cama había una especie de mosquitera que terminé quitando porque me agobiaba. Las baldosas eran de las de saldo. La cama era robusta, pero fea a más no poder. Encima el cuarto no estaba nada bien iluminado y lo mismo puedo decir de otras estancias del hotel, por ejemplo, el comedor donde servían los desayunos.
Donde mejor me lo pasé fue en la playa. En mi vida había visto una arena más blanca. Parecía nieve. Las sombrillas eran una especie de tronco de árbol con una cubierta verde. Daban mucho frescor.