Vacaciones en Side, Turquía
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Scarlett2000
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Acerca de:Hotel Terrace Beach Resort [Side]
Ventajas:lo dicho
Desventajas:lo dicho
Nunca un cinco estrellas me pareció más sobrado de estrellas. El Hotel Terrace no está a la altura de un cinco estrellas español ni de broma. Sus estrellas sólo las explica la atención excesiva a la que te somete el personal del hotel, ofreciéndote comida y bebidas hasta en la playa y los muchos cocineros que tiene para preparar comidas de todos los países. Puedes encontrar desde un plato chino hasta platos de pasta taliana o cosas más de andar por casa como son los huevos fritos y las albóndigas.
Me pareció un hotel muy concurrido. Esperaba algo más tranquilo, con menos niños y más gente adulta. Ni un solo día fui capaz de hacerme con una tumbona al borde de la piscina. Desde primera hora estaban ocupadas y la gente no soltaba su tumbona en todo el día. Más cómodo era estar en la playa. Me encantó la playa del hotel, un arenal muy limpio, con tumbonas que tenían una especie de sombrilla de hojas que daban mucho frescor.
Nuestra habitación era discreta. El suelo estaba cubierto con madera. En el cuarto de baño, los suelos eran de mármol. La cama la encontré muy cómoda y lo mismo puedo decir de la cama supletoria que me dejaron para la niña. También eran cómodas las dos sillas que tenía la mesa-escritorio. El televisor era un plasma grande que funcionaba de cine.
Todo estaba muy limpio, incluido el cuarto de baño. Mi única queja era el agua. La encontré muy clorada. En la ducha aun no la notabas tanto, pero como decidieras darte un baño relajante, te echaba para atrás el color blanquecino de la agua.
El personal era amable, pero los veías sin muchas ganas de trabajar. Los había que sí se ganaban el sueldo, por ejemplo los camareros de los tres bares del hotel o los del equipo de animación. Por las noches hacían unos espectáculos fantásticos que te dejaban pasmada. También hacían maravillas con los niños en la sala de juegos. Yo me quedé allí alguna mañana con mi niña y me lo pasé como una cría más. No les dejé la niña sola porque Patricia es muy pequeña.
No sólo estuvimos en el hotel. También hicimos turismo por la ciudad de Side. Es una ciudad bastante grande, con muchos turistas y sitios interesantes para visitar. Me gustó mucho el templo de Apolo y lo mismo puedo decir de una basílica bizantina que tienen. También me agradaron los grandes espacios verdes que tiene la ciudad, con sus playas impecables. En mi vida había visto unas aguas tan azules.
No es un hotel nada barato. Como te apuntes a los deportes acuáticos o al parapente, como hizo mi marido, te arruinas. En una semana fundimos dos mil euros. Casi me desmayé cuando me pasaron la factura. Menos mal que los detalles que compramos para la familia nos salieron a precio de ganga. A mi suegra y a mi madre les llevé unas botellas de aceite de oliva que sólo me costaron unos treinta céntimos. Nunca había comprado un aceite de oliva más barato.
Me pareció un hotel muy concurrido. Esperaba algo más tranquilo, con menos niños y más gente adulta. Ni un solo día fui capaz de hacerme con una tumbona al borde de la piscina. Desde primera hora estaban ocupadas y la gente no soltaba su tumbona en todo el día. Más cómodo era estar en la playa. Me encantó la playa del hotel, un arenal muy limpio, con tumbonas que tenían una especie de sombrilla de hojas que daban mucho frescor.
Nuestra habitación era discreta. El suelo estaba cubierto con madera. En el cuarto de baño, los suelos eran de mármol. La cama la encontré muy cómoda y lo mismo puedo decir de la cama supletoria que me dejaron para la niña. También eran cómodas las dos sillas que tenía la mesa-escritorio. El televisor era un plasma grande que funcionaba de cine.
Todo estaba muy limpio, incluido el cuarto de baño. Mi única queja era el agua. La encontré muy clorada. En la ducha aun no la notabas tanto, pero como decidieras darte un baño relajante, te echaba para atrás el color blanquecino de la agua.
El personal era amable, pero los veías sin muchas ganas de trabajar. Los había que sí se ganaban el sueldo, por ejemplo los camareros de los tres bares del hotel o los del equipo de animación. Por las noches hacían unos espectáculos fantásticos que te dejaban pasmada. También hacían maravillas con los niños en la sala de juegos. Yo me quedé allí alguna mañana con mi niña y me lo pasé como una cría más. No les dejé la niña sola porque Patricia es muy pequeña.
No sólo estuvimos en el hotel. También hicimos turismo por la ciudad de Side. Es una ciudad bastante grande, con muchos turistas y sitios interesantes para visitar. Me gustó mucho el templo de Apolo y lo mismo puedo decir de una basílica bizantina que tienen. También me agradaron los grandes espacios verdes que tiene la ciudad, con sus playas impecables. En mi vida había visto unas aguas tan azules.
No es un hotel nada barato. Como te apuntes a los deportes acuáticos o al parapente, como hizo mi marido, te arruinas. En una semana fundimos dos mil euros. Casi me desmayé cuando me pasaron la factura. Menos mal que los detalles que compramos para la familia nos salieron a precio de ganga. A mi suegra y a mi madre les llevé unas botellas de aceite de oliva que sólo me costaron unos treinta céntimos. Nunca había comprado un aceite de oliva más barato.
Fecha:09:59:07 09/03/11
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
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