"Salidos de cuentas" es más que una buddy movie (película de coleguillas). Más bien diría que se trata de una road movie en clave de comedia fresca y gamberra, del tipo en el que parece haberse especializado Todd Philips.
Robert Downey Jr. es Peter Highman, un arquitecto arrogante que se encuentra de viaje de negocios y que se dispone a volver a su casa para asistir al nacimiento de su primer hijo. Por azar, conoce en el aeropuerto a Ethan Tremblay (Zach Galifianakis) un extravagente porrero aspirante a actor de televisión. Ante la prohibición de viajar en avión, ambos se ven obligados a recorrer Estados Unidos de punta a punta en coche, con la única compañía de Sonny, un bulldog enano con cara de pocos amigos propiedad de Tremblay.
Aunque Salidos de cuentas, dirigida por Todd Philips, no es precisamente original, la pareja protagonista y su absoluta falta de química en la ficción, es lo que hace que realmente la cosa funcione.
Robert Downey Jr, que ya demostró su gran vis cómica en Iron Man, sobresale sobre Zach Galifianakis, que parece haberse encasillado en el papel de tipo impresentable e inmaduro que ya interpretara en Resacón en Las Vegas.
Los secundarios están correctos sin más. Michelle Monaghan está bastante desperdiciada, y lo de Jaime Foxx más bien se podría definir como un simple cameo. Quizás se salve el papel de camello de Juliette Lewis porque su personaje tiene un poco más de miga.
Salidos de cuentas entretiene y divierte, pero dado el talento de la gente implicada en ella, me ha decepcionado un poco, especialmente si la comparo con Resacón en Las Vegas, ya que Salidos... es mucho más irregular y menos trepidante.
Aun así, la cinta contiene algunos momentos hilarantes y los gags funcionan bien.
En definitiva, una buena recomendación para echarse unas risas.