Es mi banco desde hace algo más de diez años, y no por ello estoy satisfecho con sus servicios, pero soy esclavo de una de sus hipotecas, que conseguí en unas condiciones bastante favorables.
Mis quejas principales sobre mi banco son la falta de personal en sus oficinas, lo que obliga a sus clientes a largas y tortuosas esperas y sobrecargar a sus empleados de trabajo, con lo que parece pretender que usemos esas latas que tienen empotradas en la pared.
Sevidor además es aférrimo enemigo del plástico mundano, y no es que sea un ecologista recalcitrante, sino que el dinero lo prefiere en papel y el trato con un humano de tu a tu, sin un cibernético intermediario, por muy eficaz que sea éste.
Así que la atención al cliente, como podéis ver, bajo mi opinión deja bastante que desear, al igual que las habituales comisiones.
Aunque por otro lado, si que puedo afirmar que tiene algún que otro producto interesante, como mi hipoteca y algún producto de inversión que se encuentra lejos de mi alcance.