Te cabe en la palma de la mano. 90 x 55 mm y un peso de poco más de 100 gramos la hacen algo más que una pequeña joyita de color negro.
Una pantalla lcd de 3 pulgadas, su flash (potente para interiores pero poco más) y sus 12 megapixels reales, su grabación de video con voz y su zoom de 4 aumentos la hacen un equipo versatil y casi perfecto para un fotógrafo aficionado.
El uso de tarjeta SD te da una gran facilidad de almacenamiento a bajo precio.
Su modo automático inteligente, la detección de cara, todos los enfoques, obturadores y posibilidades de flash totalmente automáticos la hacen un gran equipo para quien no "es capaz de hacer una foto decente" ya que es prácticamente imposible hacer una foto desenfocada o casi hasta desencuadrada. También tiene una posibilidad de hacer series de fotos automáticas a foto por segundo, perfecta para las fotos de los niños, carreras, desfiles, deportes varios, etc... con unas posibilidades de acierto en la calidad y oportunidad excelentes.
Conecta con el ordenado con su cable USB, lleva un programa propio de tratamiento de imágenes muy competente (aunque siempre puedes ir a por tu magnífico photoshop para mejorar las fotos), su batería es más que aceptable, la he llevado todo un día y cargado una tarjeta de memoria de 2 gigas sin que llegue a marcarme "la reserva". Su cargador no es demasiado rápido aunque en una hora puede sacarte de una emergencia con el 50% de capacidad de carga.
Por 200 euros tienes una cámara digital de una marca de prestigio y con unas prestaciones magníficas.
Un pero: es una máquina delicada, lleva mal los golpes y la mala climatología. Obligatoria una buena funda protectora en todos los sentidos, la humedad o un pequeño golpe puede dar al traste con su bonita cámara.