Cortefiel era la tienda favorita de mi madre. Tal vez por eso sigue pareciéndome una tienda demasiado seria, demasiado formal, porque la relaciono con los gustos clásicos de mi progenitora.
Su ropa destaca por unos precios que tiran a altos pero que están en consonancia con la calidad dendas bien cortadas, que te sientan como una pera. Los acabados están cuidados, los diseños son clásicos.
Las tiendas están bien. Puedes pasear sin agobios entre las prendas, todas bien colocadas y sin una arruga. Los probadores suelen estar libres raro que tengas que esperar para probarte. Esto me gusta de Cortefiel. En Zara, en cambio, siempre hay colas para probar.
El personal es atento. En Navidades y en rebajas aumentan las plantillas, pero no baja la calidad del personal. Hacen muy bien la selección de las empleadas.
Suelen adelántarse a las rebajas con ofertas. Lo malo es que mucha oferta en precios altos no se nota demasiado. Cortefiel es una tienda cara. Aun así vale la pena gastar un poco más y llevar ropa bien cortada, que te sienta como un guante.
Te compensa hacerte con su tarjeta de fidelización. Por cada 90 euros en compras consigues descuentos de 5 euros mínimo y 12 euros máximo.