Creo que es sobradamente conocido por todos, que se trata de un ron añejo, como su nombre dice, madurado en barrica durante siete años, y que nos ofrece un sabor un tanto dulzón, suave y que resulta agradable a nuestro paladar.
A la vista nos ofrece un color miel, mientras que a nuestro olfato nos trae recuerdo a vainilla, a madera y fruta madura.
Pero el secreto de su sabor, distinto al resto y ciertamente dulzón, es que se trata de un ron elaborado con agua, caña de azúcar y pasas maceradas, lo que le otorga un sabor bastante próximo a lo que sería un ron miel.
Este sabor característico lo hace viable para consumirlo sólo, con hielo y como es más habitual, en combinado, aunque bajo mi criterio es preferible no mezclarlo con refrescos de cola u otros dulces, puesto que nos aportará una cata excesivamente dulzona. Yo me quedo con las dos primeras formas de consumo.
En cuanto al factor precio, decir que al tratarse de un ron añejo de siete años, se encuentra en el segmento de los rones de gama alta, por lo que los aproximados 15 euros que pagaremos por él, se puede considerar que tiene un precio razonable.