Desde su empaquetado hasta el último bocado es del todo placentero.
Cuenta con una presentación que además de atractiva, pese a ser una cajita de cartón, es muy funcional, que contiene en su interior 187 gramos (peso neto) de estos deliciosos bombones, cuya cantidad no puedo precisar, pues no los he contado. Más bien me he dedicado a disfrutarlos, y no queráis saber como lo he hecho.
El envoltorio individual sigue en la misma tónica que la cajita contenedora, en la que se utiliza un papel muy discreto, pues apenas hace ruido, sin que por ello tenga que renunciar lo más mínimo al estilo lujoso que su color oro predominante desprende.
En cuanto a su paladar, debo decir que goza de una capa compuesta de chocolate y arroz inflado que le otorga una textura ligeramente crujiente y agradable al paladar.
No obstante, lo mejor está por venir, pues su corazón de chocolate con leche y avellanas, es sumamente cremosa y deliciosa, aunque suficientemente consistente.
Su sabor puede recordar al turrón clásico de Suchard, pero sin ningún género de dudas, estos bombones tienen una textura mucho más agradable al contacto con nuestro paladar.
Su precio recomendado es de 3,99 euros, aunque en mi caso los adquirí a 3,75 euros de oferta en Alcampo.
Se me antoja un producto ideal para estas fechas navideñas, pero también asequible por su calidad y precio para cualquier ocasión e incluso para casi todo el año, pues en existe una época en la que solemos correr un poco del chocolate debido a los rigores del verano Andaluz.
Definitivamente, no puede más que recomendarlo, y testimonio de ello son la gran cantidad de amigos, compañeros de trabajo y familiares que los han degustado primero en mi casa, para después salir corriendo al supermercado y adquirirlos. Todo un éxito.