Quería contaros mi experiencia con esta vergonzosa autoescuela madrileña. En primer lugar, la sensación que dan es que están sobresaturados, parecen una fábrica de conductores en las que se nos trata como una manada en la que hay que producir cuantos más mejor, y no importa si salen mal porque así vuelven a la fábrica y siguen pagando. Bueno, empiezo por el principio...
En primer lugar, aclarar que con la parte teórica no tuve mayor problema, todo fueron facilidades, se me proporcionaron tests y me resolvieron todas las dudas, por lo que logré aprobar a la primera.
El problema fue con las prácticas. En primer lugar, los horarios son imposibles, hay que hacer malabares para tratar de conciliar la vida laboral con las prácticas en esta autoescuela porque todas son, precisamente, en horario laboral, así que aunuqe sean los alumnos los qu pagan y la autoescuela la que presta el servicio, son los primeros los que tienen que acomodarse a la segunda y no al revés.
Lo peor vino con el profesor: el típico señor mayor que está contando los días para jubilarse y que mientras los alumnos conducen, ¡¡¡VA LEYENDO EL MARCA!!!. Era un señor totalmente desmotivado, que le gustaba tanto esar dando clases como que le claven agujas al rojo vivo en los ojos, cumpliendo al segundo los horarios de la clase y sin el mínimo margen para los alumnos, con una actitud totalmente pasota que encima, ¡se cabrea cuando cometes un error y te pregunta "¿por qué has hecho eso?"! Claro, da igual lo que le contestes, él va a tener razón aunque estuviese resolviendo un Sudoku y mirando de vez en cuando para que no atropellases a ninguna vieja porque, ¡qué vas a saber tú y qué le vas a contar a él que no sepa ya!
Y lo peor de todo, es que te mete por el centro de Madrid, barrio de Salamanca y demás... Y os podéis imaginarme a mí, sin haber cogido un coche en mi vida, conduciendo un lunes a las 11 de la mañana con todo aquéllo lleno de tráfico, los coches pitando... Total, que aquéllo es como la pescadilla que se muerde la cola: vas nervioso procurando no matar a nadie, los coches te pitan, te pones más nervioso, cometes más errores, el profesor te echa la bronca, te pones más nervioso, cometes más errores... Total, que había clases que acababa con la camiseta empapada (me tocó hacer las prácticas en mayo-junio) y con ganas de gritar aquéllo de: ¡¡¡CARRO DE PARADAS!!!
Evidentemente, con todo el tráfico no te da oportunidad a conducir mucho, porque es avanzar unos metros y parar, avanzar unos metros y parar... Total, que entre pitos y flautas, no conducías y no aprendías nada. No logré aprender a aparcar, porque claro, a ver quién aparca en medio de todo el tráfico y con todo el mundo pitándose, y sobre todo con el profesor diciéndote "tira p'alante que ya encontraremos un hueco mejor".
Pues bien, llegué al examen tras unas 50 prácticas y suspendí. Normal, fuimos un montón de alumnos y el examinador estaba atento a la más mínima, porque "cuanto antes los despachemos, antes podemos ir a toamr el café". Hice 17 prácticas más, volví a examinarme y volví a suspender.
Total, que a la mañana siguiente les dije que no seguía ahí ni loco, les pedí la hoja de reclamaciones (que luego usarían para lo que os podéis imaginar) me deshahogué todo lo que pude y me fui después de haberme dejado casi 1500 euros.
Me fui a otra autoescuela y me tocó una profesora muy agradable para las prácticas, que en sólo 18 prácticas logró enseñarme lo que el otro no logró en 67, me presenté y aprobé.
En definitiva, ni se os ocurra apuntaros a esta autoescuela a no ser que os guste tirar la pasta y poneros de los nervios, porque es desastrosa. Eso por no hablar del estado de los coches (están para el arrastre y deben de tenerlos limitados de alguna forma, porque en comparación con mi coche actual el de la autoescuela parecía el troncomóvil de los Picapiedra), de la obligatoriedad de comprar las prácticas en "paquetes"...
En fin un desastre.