Conocí el Aceite de masaje de Mustela por una cesta que me regaló una amiga cuando nació mi primer hijo. Entre los varios productos de la marca que contenía, estaba este aceite. En principio no sabía muy bien qué uso darle, pero tuve la suerte de que en el cursillo de recuperación posparto, la matrona nos recomendó que lo compráramos para la clase en la que nos explicaría cómo dar masajes al bebé.
La matrona nos enseñó que el masaje proporciona un enorme bienestar al recién nacido, al bebé e incluso a niños más mayores.
Este aceite se presenta en un bote con spray con los colores característcos de la marca (blanco, azul y rosa) y con las letras en blanco. Su tamaño es de 100 mL, que no parece mucho pero ya os digo que cunde muchísimo. Su precio, en farmacia es de unos 10 euros, pero en parafarmacia se encuentra por unos 8 euros.
Utilizarlo es muy fácil, gracias a lo cómodo y práctico de su envase: simplemente hay que vaporizar en las palmas de las manos, para que el aceite adquiera nuestra temperatura corporal y después se procede al masaje.
El masaje infantil puede tener muchas utilidades:
- favorece la relajación del bebé. Esto es especialmente importante para los bebés inquietos o que duermen mal.
- alivia los cólicos del lactante.
- alivia el estreñimiento si se aplica en el abdomen en el sentido de las agujas del reloj.
- proporciona contacto piel con piel entre la mamá y el bebé, particularmente importante en los recién nacidos y sobre todo si no toman lactancia materna.
Este aceite en concreto, hidrata y refuerza la protección natural de la piel con la gran cantidad de ácidos grasos esenciales que contiene, así como un complejo vitamínico destinado a la suave piel del bebé. Por supuesto su fórmula es hipoalergénica.
Aunque es un aceite, se extiende con una gran facilidad y se absorbe rápidamente sin dejar una película grasienta sobre la piel, que después queda especialmente suave y con ese tacto de seda y ese aroma tan rico a bebé.
Otra ventaja reseñable de este producto es que puede utilizarse no sólo con bebés, sino con niños más mayores. Así que os animo a que lo utilicéis para crear momentos especiales de complicidad con vuestros hijos, ya que no es necesaria mucha teoría para dar masajes a un bebé. Con mucha suavidad, y amor es suficiente.