Si bien Cobain y Novoselic están presentes en todos los discos, en este no encontraremos a la bateria a Dave Grohl, sino al que fuera batería de The Melvins, Dale Crovers.
Bajo mi criterio se trata del disco más metálico y cercano al punk de la banda, donde sobre el ritmo frenético de la batería se imponen las guitarras desafinadas y la prodigiosa voz rota de Cobain.
En cuanto al contenido de sus letras denotan resentimiento social y rebeldía, pese a que en ocasiones algunas de sus letras se tornan imposibles en su traducción, al menos para mi.
Existen varias ediciones de este disco, y aunque goce del vinilo original, en la actualidad tengo su última edición del 2009, que es una edición limitada conmemorativa del 20 aniversario del lanzamiento del disco, y que como contenido extra trae un concierto en vivo, así como 16 páginas con imágenes de la banda, todo ello a un precio cercano de unos 25 euros, aunque dudo que en la actualidad podáis encontrarlo, posiblemente esté agotado.
A mi parecer se trata de un disco imprescindible para los amantes del grunge en general y los fans de Nirvana en particular.