El Hotel Montmartrois de París es un hotel que frecuentaba en mis años de soltera. Era lo que me podía permitir entonces en París: un dos estrellas con habitaciones pequeñas y una buena ubicación.
Desafortunadamente, como pude comprobar hace poco tiempo cuando me he vuelto a alojar, las cosas no han cambiado por allí. Todo sigue como hace quince años. Bueno, algo peor porque no se ha restaurado.
Este hotel ubicado a unos quince minutos de la Plaza de la Opera parisina sigue teniendo los mismos suelos enmoquetados en las habitaciones. No han cambiado ni los crujidos de los pisos de madera.
También es el mismo el ascensor. Un ascensor diminuto en el que te agobias subes sola. Pero es mejor subir en el ascensor y así evitar una escalera empinada que te deja sin aliento.
Las costumbres siguen siendo las mismas. Nada de buffet para desayunar: un café con bollería y vas que chutas.
Pese a sus deficiencias lo recomiendo si buscas un alojamiento barato en la capital francesa, bien comunicado con el resto de la ciudad por metro. Hay una parada de metro a unos cien metros de la puerta de este hotel de dos estrellas que es bastante peor que los hoteles de dos estrellas de España. Lo nuestro lo valoras cuando viajas.
Yo no lo recomendaría para ir en familia, pero para una persona joven está bien. Las estancias comunes y las habitaciones están limpias. También lo está el cuarto de baño.