El Hotel Catedral en Mar del Plata (Argentina) es un dos estrellas que merece mucho la pena por su buena ubicación, en el centro de la ciudad, muy cerca del Casino y a unos 200 metros de la playa.
Nosotros nos alojamos en este hotel durante una semana y quedamos encantados. Es un hotel que está muy limpio. Todos los días cambian las sábanas y las toallas. Nuestra cama era muy cómoda. La única desventaja fue que nos tocó una habitación pequeña, como todas las del hotel. Por lo que pudimos ver no había habitaciones grandes. El cuarto de baño tampoco era grande, pero tenía una buena ducha y estaba impecable en cuanto a limpieza.
En lujos nada de nada. Este hotel se ve un tanto anticuado. Lo que tiene de bueno es que todo le funciona a las mil maravillas. Por ejemplo, el aire acondicionado de nuestra habitación funcionaba de cine, mucho mejor en en algún hotel de más estrellas en el que nos alojamos.
Al estar tan bien ubicado te ahorras una pasta en desplazamientos. Podías ir andando a todos los sitios.
El desayuno decepcionó un poco a mi chico. Le faltaba la fruta. Por lo demás no pasabas hambre porque había bollería en abundancia y unos zumos sabrosos.
El personal es amable. Lo que no me gustó fue que las señoras de la limpieza entraran abriendo con su llave y nos pillaran en la cama. Fue una situación un poco bochornosa. Le dije que no lo volvieran a hacer y establecimos una hora para dejar libre la habitación para limpiar.
La decoración de nuestra habitación era de piso barato. En la pared sólo había un cuadro pequeño que quedaba como un pegote. La colcha de la cama era verde y hacía juego con unas cortinas del mismo color. Tampoco te esperas grandes lujos cuando ves la fachada del hotel. Parece más la fachada de una pensión que otra cosa.