Magno es una marca de gel de baño de toda la vida. De hecho, en casa es el que usaba mi padre y digo mi padre porque a nosotras no nos gustaba y mi madre tenía que comprar otro para nosotras, así que teníamos dos geles en la bañera, pero alguna vez me tocó usarlo y quitando su característico olor que es demasiado fuerte para mi gusto, por lo demás era un gel de baño perfecto.
Pero claro, si no oliera a Magno no sería lo mismo y eso es justamente lo único que no le van a poder cambiar, así que seguiré sin comprarlo. Además, como gel de ducha no es nada barato. Yo creo que ya ronda los 4 euros, aunque hay que reconocer que la piel te queda estupenda. Es un gel que hace muchísima espuma con muy poquita cantidad, así que la sensación de limpieza es profunda, pero a cambio no notamos que reseque la piel, todo lo contrario. Notas suavidad y piel hidratada, tanto que después de salir de la ducha no tienes que ponerte el body milk.
El formato de venta es un frasco en color marrón oscuro, para mi prácticamente negro (me dicen que yo confundo los colores, pero es negro y punto). Es de plástico, pero un plástico un poco más duro que otros geles de baño más baratos. La verdad es que si que es elegante, pero yo lo que busco en un gel es que limpie (este lo hace) con un olor agradable, así que Magno no es para mí.
Lo cierto es que a mi padre le quedaba de maravilla. Supongo que en los chicos ese olor no es desagradable, más bien todo lo contrario y es que Magno es un poco varonil. Por tanto, si que recomiendo este gel pero sólo para los chicos a los que les gusten los olores un poco fuertes.