El verano de los juguetes muertos de Toni Hill está ambientada en Barcelona. Allí tenemos a un policía apartado de servicio por haberle dado una paliza a un hechicero africano sospechoso de la muerte de una chica africana. Esto no impide que uno de sus superiores le pida que investigue la extraña muerte de Marc Castells, un joven que ha caído por una ventana en la noche de San Juan. Pero Héctor, el policía protagonista, no podrá quitarse de encima el caso del hechicero.
Me costó terminar este libro porque las novelas policíacas no van conmigo. Lo más interesante es el pasado del protagonista. Fue lo único que me enganchó a la trama. No le falta intriga a esta novela, pero si no te gusta el tema como que te da igual. El autor se para bastante en las descripciones. Consigue crear con ellas una atmósfera agobiante. Los personajes están bien caracterizados. Te los crees.
La novela termina con un final abierto. Su autor nos deja con muchas incógnitas sin despegar en espera de una segunda entrega de las peripecias del investigador policial.
Estamos hablando de una primera novela. No está mal para ser el primer libro de un escritor que intenta probar suerte en el mundo de la literatura comercial. Es un libro que lees pronto porque tiene pocas páginas. De tener más páginas seguro que sería de esas novelas que se me eternizan sobre la mesilla de noche.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar El verano de los juguetes muertos de Toni Hill. Es una novela que sólo les gustará un montón a los amantes del género policial.