En toda gran ciudad que se precie no debe faltar un arco del triunfo y Londres no iba a ser para menos, y en esta ciudad el Marble Arch es el arco del triunfo.
Está bien ubicado para que merezca la pena visitarlo, cerca de una de las salidas de Hyde Park y cerca de Oxford Street, donde hay un montón de tiendas y también relativamente cerca del museo de Sherlock Holmes y del museo de cera.
Es un monumento enorme, en piedra blanca pero que no tiene mucho mas que destacar pues no deja de ser un arco del triunfo como puede ser el de Paris o cualquiera de los de Roma. Quizá mi desilusión se deba a que había oído hablar de él y parecía tan importante en el mapa turístico que decidí desviar mi ruta para visitarlo, lo que supuso un retraso de casi una hora porque entonces perdí el bus turístico y ya no llegué a mi ruta en barco por el Támesis, así que lo cogí un poco de rabia.
Está situado en medio de una enorme rotonda, lo que permite verlo desde un montón de perspectivas y ninguna de ellas me sorprendió.
Lo mejor es su fantástico estado de conservación y lo peor es la falta de novedad.