Éste es otro de esos regalos chorras que se hacen por el amigo invisible o algo así.
A mi me lo regalaron hace dos años y al principio lo use por la novedad, pero realmente no sólo no me relajaba, sino que me resultaba hasta molesto pues me enreda el pelo y al final del relax pasas a los tirones, así que de relajarte nada.
Este objeto es muy simple. Un mango de madera del que salen unos alambres muy finos que acaban en una pequeña bolita metálica que se supone que ayudan a dar una especie de masaje.
La idea es que con la forma ayude a estimular los puntos de presión, pero no es muy relajante si te lo haces tu mismo ya que parece que estás usando una batidora sobre tu cabeza. Por tanto, lo ideal para relajarte es que alguien lo use contigo. Sin embargo, tampoco es demasiado relajante pues las varillas se enredan un poco en el pelo, y al final más que estimular los puntos de presión parece que te están rascando como si tuvieras piojos y es que las bolitas del extremo de las varillas son demasiado finas y raspan un poco.
No se lo que costó, pero sea lo que sea no lo recomiendo porque al final es un trasto que no sirve para mucho.