Este cepillo de dientes es una evolución de los que todos conocemos y es que no sólo es distinto en su modo de funcionamiento, sino también en el material. De hecho, esa es la diferencia principal y es que este cepillo está hecho totalmente de silicona, lo que puede producir un poco de rechazo.
Yo lo tengo porque me lo regalaron en un curso pero creo que jamás me lo compraría y es que me parece carísimo. 169 euros por un cepillo eléctrico me parece una pasada, aunque la limpieza es mucho más profunda que con un cepillo manual.
ISSA utiliza la tecnología sónica en lugar de la limpieza por rotación, con lo que supuestamente la limpieza es mucho más profunda pues con los mini impulsos sónicos la suciedad que elimina no es simplemente en superficie.
Las cerdas de silicona al principio me daban un poco de repelús y la sensación que te quedaba en los dientes era un poco rasposa, pero supongo que es porque la limpieza es más profunda que la que conseguimos con otro tipo de cepillos y entonces al salir más suciedad, pero no toda, el esmalte queda mas expuesto, hasta que por fin consigues dejar la superficie totalmente limpia.
Lo mejor de este cepillo es su durabilidad. Las cerdas de silicona se lavan fácilmente y no quedan residuos entre ellas. De este modo se supone que no hay que cambiar el cepillo mas que una vez al año, un ahorro considerable frente a otros como e Oral B de Braun, por ejemplo.
Yo tengo el morado, pero también lo hay en mas colores, el amarillo y el rosa entre otros. Ah, y puedes intercambiar cabezales, con lo que lo puede usar toda la familia, aunque queda un poquito raro el cuerpo de un color y el cabezal de otro. No queda mal, pero si que choca.