Mi chico colecciona encendedores Zippo. Una manía como otra cualquiera. Los compra, los vende, los regala. A mí no me gustan mucho por sus diseños clásicos, pero reconozco su calidad. Un Zippo Encendedor nunca te deja tirada. Por eso los llevo muchas veces encima cuando vamos de barbacoa a la casa de mi madre. No hay cosa que más odie que no se me encienda el fuego.
Todos estos encendedores tienen forma cuadrada, como de cajita. Abres la parte superior y haces fuego. Así de fácil. Son metálicos. No rompen si caen al suelo ni se estropean. Mi Zippo Encendedor tiene una bota en relieve. Me costó 38 euros. Puede parecerte caro, y lo es, pero todavía los hay a vender a mayor precio. Mi marido tiene uno que le costó 68 euros.
Para que te dure un Zippo Encendedor debes cuidarlo. En mi caso, es mi chico el encargado de limpiarle las ruedecillas a los encendedores y de cambiársela cuando toca. También se encarga de meterle el líquido para encendedores cuando lo termina. Reconozco que si no fuera pro él, yo habría dejado mi Zippo Encendedor aparcado hace tiempo. No tengo paciencia para andar con tantos cuidados. para mí sería más fácil comprar unos encendedores en los chinos y tirarlos cuando se les acabase el líquido.
En todo caso, os los recomiendo. El Zippo Encendedor es un clásico que sigue vendiéndose muy bien. Debes ponerle el líquido para encendedores que se compra en la farmacia. Como le metas líquido de otro encendedor barato, te lo cargas. Fue lo que hizo mi padre con uno que era de mi abuelo.