El Parador De Turismo De Siguenza, Sigüenza, te permite disfrutar de un castillo medieval con las comodidades a las que estamos acostumbrados en el siglo XXI. No echas nada de menos.
Nada más entrar quedamos impresionados con el Salón del Trono. Es una sala que usan como restaurante.
Nuestra habitación estaba en la segunda planta, donde también había un par de salas comunes para todos los huéspedes. Nosotros no las frecuentamos. A mí no me gusta sentarme a leer con desconocidos. Sólo fui a coger unos libros para leer en nuestra habitación.
Los suelos son de madera y las paredes de piedra. Los pasillos están encalados de blanco. Mi marido fue a ver la capilla. Yo no fui porque las iglesias siempre me dieron tristeza. Todas las religiones son tristes y yo estoy en este mundo para divertirme. Me dijo mi santo que la capilla databa del siglo XIII.
Nuestra habitación no era muy grande. Tenía vistas al Patio del Parador. El patio estaba siempre lleno de turistas. Menos mal que de noche no había nadie porque, de haber gente como había de día, no hubiéramos podido dormir.
La decoración era sencilla y funcional. Nuestra cama de matrimonio, una mesa de madera con un par de sillas, un armario. Estaba bien.
Lo que no me gustó fue que me cobraran un suplemento por dormir en una cama de matrimonio. Había parejas que se contentaban con dos camas individuales, pero no es nuestro caso. A mi santo y a mí nos gusta una buena cama de matrimonio y no renunciamos a ella.
Encima del cabecero teníamos un cuadro de una Virgen que yo quité para no tener pesadillas. Aquello era demasiado religioso.
El televisor era lo mejor: un buen televisor de plasma con canales internacionales.
Os recomiendo alojaros en este parador. Es cómodo, pese a primar la decoración medieval por todas partes. Yo me sentí como una princesa de la Edad Media en mitad del campo. Fue una bonita experiencia.
El Parador de Sigüenza Sigüenza es muy recomendable. La única desventaja que le encontré importante fue que la bañera del cuarto de baño no era nada grande y tenía una mampara difícil de abrir y cerrar.