No siempre encuentras una casa rural que merezca la pena. Nosotros hemos estado en casas rurales que ni eran rurales ni tenían las comodidades que te esperas cuando te apuntas a pasar unos días en este tipo de alojamientos lejos de los ruidos de las grandes ciudades. Tal es el caso de la Casa Rural La Vega en Tarifa.
Por fuera esta casa rural está bien. Tiene un jardín bien cuidado, unas hamacas cómodas para tomar el sol, un entorno tranquilo. Dentro cambian las cosas para mal.
Nuestra habitación era cutre a más no poder. Una cama de piso barato, una especie de mesa auxiliar de algo que parecía mimbre haciendo las funciones de mesilla de noche y una tela mosquitera que cubría la cama y que me causó una sensación de tremenda claustrofobia nada más verla. Ni que decir que tuve que quitar aquella mosquitera blanca. Prefería que me comieran viva todos los mosquitos de Tarifa a morir por un ataque de claustrofobia de los míos.
El cuarto de baño era igual de cutre. Menos mal que estaba limpio. Pero parecía una habitación más en la que habían metido unos sanitarios del montón.
La Casa Rural La Vega se encuentra en las afueras de Tarifa, a unos 5 minutos en coche del centro. Lo mejor de sus habitaciones, como os he dicho, son los jardines que ves desde sus ventanas.
Esta Casa La Vega cuenta con cocina compartida con fogones para preparar tus platos favoritos, nevera y utensilios más que suficientes. En Tarifa hay supermercados y tiendas donde puedes comprar alimentos para cocinar. Nosotros poco cocinamos. No me gustan las cocinas compartidas. Cuando nos alojamos en una casa rural nosotros solos o cogemos un apartamento sí cocinamos. Pero eso de compartir la cocina con los vecinos de tu habitación es un asquito. Mi chico hizo un día unas tortillas y nunca más. Fue ver entrar a una vieja que estaba allí con las hijas y no tener ganas de cocinar más. La señora ensuciaba hasta lo que miraba.
Optamos por hacer nuestras comidas fuera, casi siempre en restaurantes de la zona de la playa de Los Lances, que está sólo 1 km. Ni siquiera utilizamos la barbacoa que había en el jardín. Era un poco lío usarla porque tenías que pedir permiso a los empleados de la casa rural para poder hacerlo.
No tuvimos problema para aparcar nuestro coche. En esta casa rural hay aparcamiento gratuito.
El personal del establecimiento organizó cuando estuvimos nosotros varias excursiones. También había clases de equitación y de kitesurf. Mi marido quería apuntar a las niñas a lo de los caballos, pero le dije que ni hablar. Sólo faltaba que acabaran sus jóvenes existencias por caer de un caballo.
Si quieres ir a Cádiz desde esta casa rural tienes un buen viaje. Cádiz se encuentra a 100 km. Nosotros fuimos y casi quedamos sin ganas de regresar.