El Lenin Hostel, que está en la calle Valencia de Barcelona, no es más que una pensión cutre. Yo estuve pro allí porque iba sola a la boda de una amiga y no quería gastar mucho dinero en un alojamiento. Me arrepentí. Me hubiera valido la pena pagar más y tener una habitación que se pudiera llamar habitación.
Me dieron una habitación que tenía cuatro camas. No podías dar un paso sin tropezar con un mueble. Era horrible. Encima era estrecha como un pasillo. Tanta estrechez repercutía en una mala iluminación. Menos mal que la ventana que daba a un callejón la tenía bien ventilada cuando la abrías de par en par.
Tenía un cuarto de baño propio. No era gran cosa. Los sanitarios se veían tan usados como los de una estación de tren. Me dejaron una botella de jabón de manos barata que ni toqué. Preferí utilizar el gel de baño que llevaba en mi equipaje para todo.
El Lenin Hostel ocupa un edificio modernista típico situado a sólo a unos veinte metros del paseo de Gracia de Barcelona.
Realmente no estamos hablando de un hotel. Es una pensión tipo albergue que cuenta con una sala con televisión, otro salón que tiene tres ordenadores que puedes usar gratis para conectarte a la Red de Redes y, si te apetece cocinar, puedes ir a la cocina compartida con todos los huéspedes. Yo entré a echarle un vistazo y salí horrorizada. Estaban todos los huéspedes pobres poniéndose de café hasta las cejas aprovechando que era gratis. Tampoco te cobran la conexión a Internet de las habitaciones. Se nota que los responsables del albergue se esfuerzan por dar un servicio profesional.
El Lenin se halla a unos metros de las Casa Batlló y La Pedrera, de Gaudí, y está a sólo 1diez minutos a pie de la parada del autobús en la plaza de Cataluña. Fue allí donde servidora cogió el autobús que la llevó al aeropuerto.
No os recomiendo este albergue. Hay alojamientos mucho mejores en Barcelona y, cuando no estás acostumbrada a alojarte en este tipo de alojamientos, te sientes casi como en la cárcel. Aquello no era para mí.