Mi chico hace mucho senderismo y yo me apunto alguna vez a sus excursiones, más que nada para conocer nuevos lugares. La última vez estuvimos en la Senda de los Molinos de Navalagamella, Madrid, una senda ideal para practicar el senderismo en un entorno muy natural y muy tranquilo.
Partimos de un pueblo que se llama Navalagamella, un pueblo medieval que conserva todo su encanto, y empezamos a ver molinos hidráulicos viejos por todo el camino. No es una senda larga. Tendrá como siete kilómetros y medio. Nosotros la recorrimos entera en dos horas y media sin apurarnos nada.
La ruta la tienen muy cuidada. Vas encontrando paneles en las que te informan sobre la fauna y la flora presente en este recorrido campestre. Yo pasé de esa información, pero mi chico se paraba a leer todo lo que habían escrito en los paneles.
Lo que no me gustó de la ruta fue que sea circular. Sales de un sitio y regresas a ese mismo sitio. Yo hubiera preferido acabarla en otro pueblo. Lo que más me gustó fue el mirador de Hondillo. Es un mirador desde donde puedes sacar unas fotos muy bonitas. Las vistas son preciosas.
A mi chico le encantaron las molinos harineros que, en su día, funcionaban movidos por el agua de un río. Son unos molinos construidos en piedra, con forma circular.
Es una senda de gran valor paisajístico por los antiguos encinares que le dan un aspecto de postal casi navideña. Esta senda está en la zona especial de Protección para Aves (Zepa).
Os la recomiendo. Nosotros la hicimos con unos amigos. Es una ruta que haces rápido y no te cansas mucho, sobre todo si estás acostumbrada a andar por los caminos de tierra. No temas perderte. Está perfectamente señalizada, y los paneles informativos, como os he dicho, fueron de gran interés para mi marido. Yo no me paré a leerlos porque la flora y la fauna no me importan demasiado.