Las Cremas Ibsa las puedes tomar directamente del envase, si te gustan frías. Mi marido las enfría todavía más en la nevera. Para mí, tal como salen del envase ya están deliciosas. Nos gustan más frías que calientes.
Las venden en todos los supermercados y grandes superficies. Vienen en tarros de cristal que cierran con una tapa de color negro, una tapa igual a la que tienen los potitos de los bebés.
Me gustan más estas cremas envasadas en tarros de cristal transparente que las que venden en bricks. Las Cremas Ibsa tienen un sabor más parecido al que conseguirías si prepararas tú las cremas en tu casa. Las encuentro más naturales y con una menor cantidad de conservantes.
Los frascos son de 530 gramos. Se supone que cada bote son dos raciones completas. Yo, si me pongo, me tomo solita el envase. Me encantan, sobre todo la de zanahoria.
Las están vendiendo de zanahoria, de calabacín y de verduras. La de calabacín es otra crema que me gusta mucho más que los calabacines con la que la elaboran. Estas cremas son ideales para las personas que no tomamos muchas verduras. Mis hijas, por ejemplo, no te toman una espinaca, pero le pones una Crema Ibsa de verduras calentita y no te dicen que no.
Os recomiendo las Cremas Ibsa tienen unos sabores muy ricos. La única desventaja que les encuentro es que sólo se vendan de zanahoria, de verduras y de calabacines. Supongo que ampliarán la oferta de variedades a corto plazo. Las marcas de la competencia tienen más variedades.
Yo no compro siempre la misma variedad. Voy alternado. Si un día pongo una crema de zanahoria, la siguiente vez sirvo una de calabacines y en la comida sucesiva toca la de verduras. Cuando tienes niños en casa, tienes que ir variando las comidas para que no te las aburran.
Las Cremas Ibsa se venden a 1,65 euros cada frasco. No son caras, aunque sí tienen el precio unos céntimos más caro que las cremas que venden en brick.