El Hotel Oasis Cancún era el hotel de los recién casados cuando nosotros estuvimos allí. Nosotros no íbamos recién casados sino invitados para una boda de unos amigos que celebraban su bodorrio justo allí, en Cancún, para que todo fuera más romántico y memorable.
Me gustó el hotel, pero me gustaría más si no hubiera que pagar tantos extras. Nos cobraron por dejar el coche en un parking bastante malo. Yo lo hubiera dejado fuera, pero mi santo se empeñó en dejar bien guardado el automóvil que habíamos alquilado para desplazarnos cómodamente por la zona. También tuvimos que pagar por la conexión wi fi. Todos estos extras encarecieron bastante nuestra estancia.
El hotel está muy bien. Sus jardines tienen un estilo de paraíso terrenal, con muchas palmeras y mucho verde que me fascinó. Las tumbonas son de estas que parecen camas de dosel. Todo muy grandioso, incluidas las piscinas de aguas limpísimas.
La habitación era enorme, con una cama de matrimonio inmensa con cabecero de forja muy origina con su forma de raíces que subían por una pared pintada en tono crema pastel. Pero la colcha de la cama parecía sacada de la casa de Frida Khalo. Mi marido decía que deberíamos vestirnos como la famosa pintora mexicana y su marido para estar totalmente conjuntados. No hubiera aguantado tanta ropa con la calor que hacía. Menos mal que el aire acondicionado de la habitación funcionaba de cine. De lo contrario me hubiera asado.
Os recomiendo este hotel, sobre todo si tienes la suerte de poder ser cliente vip. Los clientes vip tienen todo incluido y los tratan como a marqueses. Los clientes que pagamos menos nos cobran hasta por los buenos días. Casi vale la pena ser cliente vip del Hotel Oasis Cancún. Son muy clasistas.
Este hotel necesita una reforma. Por ejemplo, yo eché de menos una ducha en el cuarto de baño. La bañera no estaba nada bien para ducharse. Mi marido casi se mata allí dentro de un resbalón.