El pasado puente de Todos los Santos viajé a San Sebastián, una ciudad que me encanta y en la que se come de maravilla, y en esta opinión os voy a hablar de uno de los restaurantes en los que estuvimos comiendo, un restaurante que se encuentra en el Casco Viejo y que nos ha encantado.
Paso a contaros mi experiencia en este restaurante.
EL RESTAURANTE:
Para obtener información sobre el restaurante se puede consultar su página web: www.bodegonalejandro.com.
Parece ser que este restaurante tiene muchos años y lo remodelaron hace unos años.
En la página web nos explican que el restaurante "Situado en pleno corazón de Donostia, en una de las calles más emblemáticas de la Parte Vieja, el Bodegón Alejandro centra su cocina en la autenticidad y los sabores clásicos de la gastronomía vasca.
El cocinero Iñaxio Valverde recupera en cada plato la esencia, la tradición y el vínculo con la tierra. Una apuesta por el producto de temporada que despierta en el comensal los latidos de la auténtica gastronomía vasca".
Según me he informado, este restaurante es en el que comenzó su carrera como cocinero el famoso Martín Berasategui y que en este restaurante obtuvo una estrella Michelín en el año 1986.
UBICACIÓN Y ACCESO:
El restaurante se encuentra en una zona muy céntrica, ya que está en pleno Casco Viejo de la ciudad.
La dirección en concreto es calle Fermín Calbetón nº 4, 20003 San Sebastián.
El acceso es muy fácil a la zona, ya que cerca hay lugares para aparcar (eso sí, todo es zona azul) y también hay un parking a pocos metros.
Para acceder al restaurante tenemos que bajar unas escaleras desde la planta a pie de calle ya que se encuentra en el subsuelo de la calle.
Para gente con problemas de accesibilidad no me pareció que estuviera preparado, o yo al menos no me fijé bien.
DECORACIÓN:
La decoración del restaurante me gustó mucho, tiene un aire tradicional pero con toques modernos.
Nada más bajar las escaleras nos encontramos con una recepción donde nos indicarán la mesa en la que nos sentaremos.
El restaurante cuenta con dos comedores, no demasiado grandes, y que son prácticamente iguales. (Me fijé en el otro comedor cuando me dirigí al baño).
Las paredes del comedor están decoradas con unos azulejos verdes en las paredes y el comedor tiene una gran imagen antigua de San Sebastián.
En el techo se ven unas vigas de madera antiguas y cuelgan unas lámparas con un diseño muy bonito.
Las mesas son de madera y tienen grabado en la encimera un plano antiguo de San Sebastián, de forma que no hay mantel para que se vea el grabado.
Las servilletas son blancas y las sillas son de maderas, son muy sencillas y muy cómodas.
El baño está muy bien, estaba muy limpio y contaba con todo lo necesario, papel, jabón, papel para secar las manos,...
Me llamó la atención su decoración, ya que había unos azulejos con imágenes de soldados antiguos.
El ambiente en el restaurante es muy acogedor, a lo que ayuda mucho que la iluminación es algo baja, además de fondo sonaba una música suave y tranquila, no muy alta, de forma que se escuchaba pero no molestaba nada.
LA COMIDA:
Estuvimos comiendo un domingo y había para elegir un menú degustación, la carta y también nos sacaron una pequeña carta con productos de temporada, en ese momento había bastantes platos de caza.
Desconozco si entre semana cuentan con un menú del día.
También nos sacaron una carta de vinos que era muy completa, aunque no es que sea yo una experta en el tema ni mucho menos.
Escogimos el menú degustación, pero antes de comenzar con el menú nos sacaron como aperitivo una infusión de jamón y para acompañar pan con sésamo, de forma muy original, ya que eran unas rebanadas finísimas colocadas en una especie de pequeño tronco de madera.
El menú degustación constaba de los siguientes platos, que eran medias raciones:
- Ensalada templada de txangurro: estaba muy rico, con el aliño muy bien conseguido.
- Huevo asado a baja temperatura con jugo de ezpeleta: este plato me pareció espectacular, acompañaban al huevo unos trozos de patata asada y tenía un jugo con sabor a pimiento riquísimo. Un plato buenísimo.
- Merluza a la plancha con vinagreta de cítricos: la merluza era fresquísima y la vinagreta de cítricos que le acompañaba tenía un sabor muy vivo.
- Entrecot de vaca asado con patatas soufflé y crema de ajos: junto con el huevo asado este es el plato que más me gustó, la carne era tiernísima y la crema de ajos tenía sabor pero era muy suave. Un plato espectacular.
- Torrija caramelizada con helado de queso fresco: este fue el primer postre que comimos y estaba buenísimo, sobre todo la torrija, riquísima, el helado era algo soso.
- Infusión de piña con helado de coco, chocolate y granizado de ron: este es el plato con el que terminamos la comida y fue un final buenísimo, me encantó el helado de coco y el jugo de piña.
Para terminar la comida pedimos café y vino con acompañamiento, ya que el azúcar venía en un azucarero con forma de tronco de árbol y en una especie de trozo de tronco de árbol había dos cajoncitos y al abrirlos había unos pequeños dulces para acompañar el café.
Y una cosa que se me olvidaba comentar, el pan estaba buenísimo, crujiente por fuera y blandito por dentro, debo decir que hacía bastante tiempo que no comía un pan tan rico.
ATENCIÓN:
El trato del personal del restaurante fue muy bueno.
Las camareras eran simpáticas y atentas, estaban pendientes de las mesas pero sin ser agobiantes.
El tiempo entre plato y plato me pareció adecuado, noi hubo que esperar demasiado tiempo entre un plato y otro ni tampoco fue tan poco tiempo que todavía estás con el plato anterior en la boca.
En cuanto a atención del personal no tenemos ninguna queja, fue una atención muy buena.
PRECIOS:
No se trata de un restaurante precisamente barato, pero la calidad de la comida es muy buena y el lugar y el trato merecen la pena.
El menú degustación tenía un precio de 46 € por persona (IVA incluido).
Dentro del menú no entran ni la bebida ni el café.
Con el menú degustación tenemos la opción de maridaje, para probar distintos vinos con cada plato y el precio es de 17,50 € por persona (IVA incluido).
El precio de la comida, teniendo en cuenta el vino, el agua y el café, nos costó 60 € por persona.
MI EXPERIENCIA:
Como habéis ido viendo a lo largo de mi opinión, este restaurante me gustó muchísimo.
Tiene una ubicación muy buena, ya que se encuentra en pleno centro histórico de la ciudad.
La decoración del restaurante me ha gustado mucho, tiene una decoración muy bonita además de ser un lugar muy acogedor.
En cuanto a la calidad de la comida no tengo nada que objetar, estaba todo riquísimo, el producto se notaba que era muy fresco y los platos tenían cantidad suficiente de comida, para llenarse bien pero no para tener sensación de pesadez.
El trato del personal fue muy amable y el precio es algo elevado pero hay que tener en cuenta la calidad de la comida y el lugar en el que estamos.
Desde luego este restaurante me encantó, así que si tenéis la opción de hacer una escapada a San Sebastián os recomiendo que lo visitéis.