Lo primero en llamar la atención en esta fragancia es el envase y es que es una fiel reproducción de un zapato con taconazo de aguja que te deja pegado al frasco.
A priori ese diseño puede parecer incómodo pues no es un frasco al que estemos acostumbrados, pero tiene mucha estabilidad y el vaporizador se usa sin problemas.
Ya sólo por el diseño del envase me parece un regalazo. Llama mucho la atención y queda genial en cualquier xinfonier o en la balda del baño, pero realmente lo importante es que te guste el olor pues sólo como elemento decorativo me parece un poco caro.
A mi es un aroma que me gusta, aunque con matices. No es para usar a diario y es que tiene mucho cuerpo. Es un perfume dulce pero con un punto cítrico que sorprende. Parece que está de moda esto de las fragancias duales y en Good Girl se lleva al extremo pues combina notas florales como la gardenia y el jazmín con el dulzor del cacao.
Las notas de salida son bastante pesadas. Cuando te la pones parece que va a ser la típica fragancia floral clásica que va a empalagar, pero al contacto con la piel se endulza hacia el cacao y se vuelve más fresca hacia los cítricos.
Además, como la mayoría de las fragancias de esta marca, tiene una fijación excelente.
Por tanto, me parece un regalo genial para cualquiera que busque algo especial o bien para una misma, pero no para usar a diario, sino para momentos puntuales, una cena o un evento.
Lo peor de este producto es lo de siempre, el precio y es que no hay que olvidar que es de Carolina Herrera y eso se paga. El tamaño de 80 ml son 115€. Hay otros dos tamaños más pequeños, no se su precio.