No todo es sol y playa en Menorca. También encuentras hoteles con mucho encanto gracias a sus inmensos jardines. Hoteles como el Hotel Alcaufar Vell, un hotel que tiene la tranquilidad de un gran espacio ajardinado rodeado por playas de aguas cristalinas.
Yo estuve un fin de semana largo con mi marido. No pensaba encontrarme tanta tranquilidad porque Menorca, pese a ser la isla más tranquila de las Baleares, la asocias a la fiesta a todo trapo. No podía imaginarme una cena a la luz de las velas en el jardín rodeada por parejas que también cenaban a la luz de las velas. Allí estaba la felicidad.
Me hubiera quedado. Aquello era el paraíso. La habitación que nos dieron era amplia, luminosa, con unas contras de color verde que te quitaban toda la luz si te apetecía dormir hasta altas horas de la mañana como me apeteció a mí después de tanta cena romántica. Las camareras de habitación no te molestan a horas tempranas si les dices que no vengan a limpiar hasta la una. Nuestra habitación la limpiaron cuando fuimos a comer. El desayuno lo saltamos.
El segundo día sí bajamos a desayunar. Era un desayuno muy sano, con productos locales, incluida la miel. Yo no probé la miel, pero mi marido me dijo que estaba muy rica. No me gusta abusar de lo dulce. Lo que estaba deliciosa era la fruta. Tenían unos melocotones que parecían recién cogidos del árbol. Y lo mismo puedo decir de la bollería hecha en los hornos de la cocina del hotel.
Os recomiendo el Hotel Alcaufar Vell, un hotel ubicado en un edificio del siglo XIV decorado con buen gusto. En nuestra habitación predominaban los colores blancos, sobre todo en la lencería. Allí todo es de muy buena calidad. También son los precios. Saben que son el mejor hotel rural de Menorca y elevan los precios hasta las nubes.