El Hotel Barceló Mediterránea Saidia está enclavado en un paraíso natural lleno de diversión para los huéspedes de todas las edades. Me llamó la atención que hubiera un teatro en el hotel. A mí no me gusta mucho el teatro, pero mi chico no pierde ocasión para ver funciones de teatro en directo. También hay varios restaurantes, salas para hacer reuniones de negocios, pistas deportivos, spa, te dan masajes siempre que se los pagues y tienen un parking al aire libre que me gustó mucho. Prefiero dejar el coche al aire libre que meterlo en un subterráneo.
Nos dieron una habitación grande, muy de hotel, con los suelos de moqueta, lo cual no me gustó nada. Los suelos de moqueta, por limpios que estén, siempre me dan asquito. La cama era cómoda, se dormía bien, los ruidos de fuera no te entraban para dentro de tu cuarto gracias a la buena insonorización.
Yo tenía mis reservas ante la posibilidad de llevar a las niñas a Marruecos. Una es una madre preocupada por la seguridad de las niñas tanto en lo que se refiere a la alimentación como a la posibilidad de que haya un conflicto en un país del tercer mundo donde pasas tus vacaciones. Las niñas querían venir y al final nos las llevamos tras informarnos de que en el Hotel Barceló Mediterránea Saidia tenían muchas familias de vacaciones con niños. Incluso tienen un parque infantil para los críos. Mis hijas lo pasaron estupendamente bien y tuvieron las oportunidad relacionarse con niños de otros países.
Os recomiendo este hotel de Marruecos. Es enorme. Es un hotel donde tienes la playa justo delante. También hay un campo de golf cerca. Mi chico aprovechó para ir a jugar con unos amigos que también se alojaban en este hotel marroquí. Es una pena que no introduzcan alguna mejora como, por ejemplo, que la wi fi fuera gratuita en las habitaciones. La wi fi sólo es gratis en las zonas comunes. Yo utilizaba mi ordenador portátil en la zona de la piscina para no pagar el suplemento.